¿Quién dijo que hacer pronósticos era un arte exacto? Ciertamente no los expertos del Ministerio de Economía y Finanzas, cuyos recientes cálculos sobre el impuesto de sociedades revelaron una gran sorpresa: una pequeña brecha de 40 mil millones de euros. Que no cunda el pánico, es sólo el presupuesto de varias naciones pequeñas lo que se ha evaporado en los cálculos de Bercy. Una rápida visión general de este “terremoto” fiscal.
Cuando los cálculos toman agua
Imagínese, usted está en el gobierno y cada otoño tiene el mismo ritual: revisar a la baja la previsión del impuesto de sociedades. Desde 2005, la tasa promedio de esta gozosa corrección ha sido del 9%. Laurent Bach, economista del Instituto de Políticas Públicas, responde a ecos a la pregunta: ¿significa esto que el gobierno muestra un optimismo excesivo y voluntario en la elaboración de su presupuesto? “ No, escribe Laurent Bach, porque en el mismo período los ingresos del EI fueron superiores a las previsiones en más de un año de cada tres. “. Al parecer, prever con precisión no es el punto fuerte de Bercy, especialmente en lo que se refiere al impuesto de sociedades, este impuesto que sólo representa el 5% de los ingresos pero constituye un tercio de los errores de previsión. Un verdadero talento para el derrape controlado.
Parece que optimismo es la palabra clave a la hora de elaborar el presupuesto. Sin embargo, la incomodidad supera la malicia. Los errores son comunes y la administración tributaria los comete la mayoría de las veces. Esta recurrencia de errores, sin embargo, no desanima a nuestros dedicados funcionarios públicos, que cada año repiten el ejercicio con el mismo fervor optimista.
Consejos de contabilidad empresarial
Cuando la economía estornuda, las empresas estornudan y los impuestos corporativos pagan el precio. Este frágil barómetro, que reacciona más violentamente que el PIB a los vaivenes económicos, ve cómo sus ingresos disminuyen más brutalmente que el crecimiento. Laurent Bach subraya este fenómeno señalando a otro culpable: el sistema de pago a plazos. Las empresas pueden ajustar a la baja sus cuotas del impuesto de sociedades (IS) en previsión de una reducción de sus beneficios, o esperando una mejora futura de su situación financiera, para aliviar temporalmente su carga fiscal en tiempos de dificultad. Un auténtico juego fiscal en el que las empresas, anticipándose a los malos días, ajustan sus pagos.
Pero la guinda del pastel es este error residual de 14.500 millones de euros. De hecho, la caída de los ingresos del impuesto de sociedades (IS) alcanzará los 14.500 millones de euros en 2024, una cantidad muy superior a los 8.800 millones previstos. ¿La explicación? Un cambio sutil pero significativo en el comportamiento de pago de SI corporativo. Estos últimos hacen malabarismos con las cuotas para diluir mejor los períodos difíciles.
Caminos para la reforma
Bercy, lejos de resignarse a una fatalidad contable, bien podría apretar los tornillos. Al dirigirse a empresas con un fuerte flujo de caja para un pago más inmediato del IS, el Estado podría reducir este “riesgo financiero compartido”. Además, la explotación de nuevas fuentes de información, como las declaraciones del IVA o la futura factura electrónica, podrían afinar estas previsiones optimistas. La mejora no sólo es posible, sino necesaria. Quizás sea el momento de que Bercy aproveche esta oportunidad.
Con este análisis comprendemos mejor la dimensión del error y, sobre todo, las palancas sobre las que es posible actuar para evitar que la historia se repita. En definitiva, es una invitación a una gestión más rigurosa y transparente de las finanzas públicas, en un contexto donde cada euro cuenta.