Publicado el 12 de noviembre de 2024 a las 15:09 horas. / Modificado el 12 de noviembre de 2024 a las 15:14 horas.
Su padre, un coleccionista de relojes, le dijo algo como esto: ni buenas notas, ni relojes. Pero Alexander Friedman no fue muy buen estudiante. Entonces, en lugar de acumular trofeos, reunió a los coleccionistas en un club muy privado, CollectorSphere. Un espacio de intercambio y diálogo entre una clientela selecta, tan conocedora como discreta. Una clientela central para los fabricantes de relojes excepcionales, pero que resiste ferozmente cualquier intento de irrupción a través del marketing. Estos coleccionistas no necesitan contar historias en bandeja. A menudo conocen las marcas mejor que ellos mismos.
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