A diferencia de los inviernos de 2022-2023 y 2023-2024, este no debería estar marcado por un riesgo de escasez de energía en Suiza, gracias a una situación global más favorable. Pero este respiro no debería durar necesariamente a largo plazo, advierte un ingeniero energético.
Este año, la Confederación no lleva a cabo una campaña de prevención para pedir a la gente que ahorre energía para pasar el invierno. La situación se ha aliviado tanto en el mercado del gas como en el nuclear.
Europa, incluida Suiza, se ha alejado del gas ruso desde el inicio de la guerra en Ucrania y ahora se abastece de Estados Unidos.
Por lo general, todas las centrales nucleares europeas se encuentran al final de su vida útil o en una edad avanzada y deben ser reemplazadas. Pero el ritmo actual no es suficiente
En cuanto a la electricidad, las centrales nucleares francesas, muchas de las cuales fueron cerradas hace dos años, producen lo suficiente para exportar a Suiza, donde el 70% de la energía utilizada proviene del extranjero.
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No a largo plazo
Sin embargo, este respiro puede no durar si no aumenta el ritmo de renovación de las instalaciones nucleares europeas, estima Marc Müller, ingeniero energético. “Una central nuclear es como un coche con 400.000 kilómetros (…): a priori funciona, pero puedes sufrir una avería”, ilustra el lunes en La Matinale.
Según él, las centrales nucleares europeas, que “por lo general todas están al final de su vida útil o son de edad avanzada”, deben ser sustituidas. Sin embargo, “el ritmo actual no es suficiente. Un día u otro nos encontraremos de nuevo en una situación problemática”, anticipa Marc Müller.
La solución es sencilla, según Jacques Mauron, director general del Grupo E: hay que producir más en suelo suizo. Y cree que podemos permitírnoslo. “Tenemos suficientes recursos renovables para tener nuestra independencia energética”. Pero esto implica “aceptar tener que construir la infraestructura necesaria”, añade.
Desarrollar la energía eólica
Para estar aún más cómodo, Suiza dispone de dos métodos “completamente renovables” para producir más electricidad durante el invierno, indica también Jacques Mauron.
“La primera es la parte de construcción de presas, en la que aumentamos las reservas de agua para conservar más durante el invierno”, explica. La segunda vía es el desarrollo de la energía eólica. “En Suiza llegamos muy tarde”, opina.
Señala que Suiza se ha esforzado “durante los dos últimos años” en desarrollar la energía fotovoltaica, pero esta energía es insuficiente en invierno. “Sólo produce una cuarta parte de su electricidad durante el semestre de invierno”, afirma. La energía eólica, que produce “dos tercios de su energía durante el semestre de invierno”, es, según él, “una energía que combina muy bien con la fotovoltaica” y “con la capacidad de almacenamiento hidráulico”.
Philéas Authier / juma