Objetivo: animar a los convivientes supervivientes todavía en edad de trabajar a encontrar un empleo y, de paso, ahorrar dinero (leer en otro lugar).
Desde 2016, la edad mínima del cónyuge supérstite ha aumentado pero gradualmente, 6 meses por año, pasando de 45 años a 50 años en 2025. El ritmo debe acelerarse (12 meses por año) para alcanzar la edad mínima de 55 años en 2030. Un ritmo claramente demasiado lento para el entrenador federal.
Una lógica de trampa laboral
En Bélgica, más de 57.000 personas menores de 65 años reciben una pensión de supervivencia (para un total de alrededor de 172.000 en 2020), el 91% de ellos son mujeres.
“El impacto de esta medida es muy significativo, sobre todo porque estas personas en su mayoría tienen ingresos bajos. Lo que nos preocupa es este tipo de apuesta de decir que volverán a encontrar trabajo si ya no pueden beneficiarse de esta pensión de supervivencia, lo cual es completamente loco porque sabemos muy bien que las posibilidades de ser contratado después de 50 años son muy escasas y casi cero después de 60 años“, protesta Madeleine Guyot, directora general de la Liga de las Familias. “Esta lógica de la trampa del empleo es para nosotros completamente aberrante y extremadamente peligrosa porque empobrecerá a personas que en su mayoría ya no se encontraban económicamente cómodas.“, añade.
La nota del presidente de la N-VA especifica que el subsidio de transición actualmente concedido temporalmente al conviviente superviviente que no haya alcanzado la edad mínima requerida se mantiene por un período máximo de 2 años.
“Modernizar la dimensión del hogar”
Esta medida se tomó con el objetivo de “modernizar el tamaño del hogar”, precisa la nota, ya que el sistema de pensiones de supervivencia ya no se corresponde con los estilos de vida actuales.
“Esto no es del todo falso, pero ¿es aquí donde debemos intervenir para modernizar los hogares? No me parece. La pensión de supervivencia sigue siendo necesaria en una sociedad donde las mujeres siguen asumiendo la mayoría de las tareas relacionadas con el hogar y los hijos. y por tanto no tienen las mismas oportunidades profesionales ni los mismos derechos de pensión que los hombres.
La Liga pide a la futura coalición gubernamental que dé a los cónyuges supérstites la posibilidad de elegir entre el subsidio transitorio, limitado en el tiempo pero acumulable a los ingresos del trabajo, y la pensión de supervivencia. “Depende de ellos elegir la fórmula que mejor se adapte a su situación.“, argumenta Madeleine Guyot. La Liga de las Familias también pide que quede claro que este derecho a una pensión de supervivencia seguirá estando protegido para los pensionistas.