Publicado el 8 de noviembre de 2024 a las 17:56 horas. / Modificado el 8 de noviembre de 2024 a las 21:59 horas.
Laura Rubbia-Brandt es médica, jefa del departamento de patología clínica y directora del departamento de diagnóstico del HUG. Desde hace cinco años, suma herramientas a su maletín: además del microscopio, utiliza a diario programas informáticos para diagnosticar patologías en las muestras que recibe. “Es extremadamente preciso y mi ojo no podría hacer eso. Si tuviera que hacerlo con el ojo, me llevaría varios minutos”, confiesa. Tiempo Siguió a Laura Rubbia-Brandt para comprender por qué y cómo la IA ya nos está curando.
Tecnología tranquilizadora
“Escaneamos 250.000 diapositivas al año, aproximadamente entre 1.000 y 1.500 diapositivas al día. También es lo mejor para nosotros. Estamos menos expuestos a los productos químicos”, explica el investigador.
La tecnología está en constante evolución dentro del servicio. Nicolas Brandt-dit-Grieurin es desarrollador y trabaja en particular en el desarrollo de herramientas basadas en inteligencia artificial para analizar imágenes patológicas. Estudió medicina “hace muchos años” y luego informática. “No es sólo un ahorro de tiempo, sino también una doble lectura. Si el modelo de computadora no ve nada, probablemente tampoco haya nada que ver. Es menos carga mental, digamos. Eso es tranquilizador”.
Propiedad del software en cuestión.
Varios hospitales suizos se han lanzado a la inteligencia artificial, ya sea para diagnóstico u organización. Cada uno a su manera, porque actualmente la normativa en este ámbito es bastante laxa. A menudo surge un debate: el origen y la propiedad del software. Google y sus colegas han identificado la veta y están desarrollando soluciones. Es evidente que existe desconfianza respecto de las inversiones de GAFAM u otras empresas activas en el sector de la salud.
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