Vuelve a arder el trapo entre el seguro médico y las clínicas de Ginebra. Esta vez es Sanitas quien patea el problema. Desde el 28 de octubre, ya no reembolsa los tratamientos adicionales (excluidos los seguros básicos) realizados en los cuatro establecimientos privados más importantes del cantón: Grangettes, La Colline (ambos del grupo Hirslanden), Générale-Beaulieu y La Tour. En este último caso, la extinción contractual es más antigua: se remonta a finales de junio.
“Lo descubrí el domingo en urgencias de Grangettes”, afirma una mujer ginebrina que sufre problemas cardíacos. “La clínica me recomendó ir al HUG, me negué. Finalmente accedió a llevarme a la división común”. La paciente está “escandalizada”: afirma nunca haber sido informada de la situación por parte de Sanitas.
“¡A ese precio, no esperaría eso!”
Pensó en cambiar de seguro, “pero a mi edad, con mis patologías, los fondos ponen reservas para el seguro LCA. Así que estoy estancado”. Precisa que paga a Sanitas “casi 1.800 francos de prima mensual en total, por Lamal y el seguro complementario. ¡A ese precio, espero poder ser atendido por mis propios médicos!
Un nuevo tipo de litigio
El problema está ahí. Conflictos anteriores (lea el recuadro) enfrentaban directamente a clínicas y aseguradoras. En este caso, Sanitas persigue a los médicos de Ginebra, y sólo a ellos, a los vaudoises, no les importa. Ella cuestiona el sistema de precios que utilizan, considerado demasiado caro y contrario a las normas de Finma (la policía financiera suiza).
El portavoz de Sanitas, Christian Kuhn, lo explica de la siguiente manera: “El seguro complementario (LCA) sólo cubre prestaciones adicionales que se suman a las del seguro médico obligatorio (Lamal). Los médicos autorizados en el cantón de Ginebra facturan según un sistema de precios que se basa en principio en prestaciones médicas individuales que, según Sanitas, ya están cubiertas parcialmente por las prestaciones básicas del seguro médico obligatorio o que no pueden distinguirse claramente de estas prestaciones. .”
Sanitas quiere doblegar a los médicos
En resumen, el Fondo considera que estos profesionales que trabajan en establecimientos médicos privados de Ginebra cobran de más. Pidió así a la Asociación de Médicos del Cantón de Ginebra (AMGe) “que aplique un sistema de precios acorde con las exigencias reglamentarias”. Desgraciadamente, “a pesar de varias rondas de negociaciones”, todavía no se ha llegado a ningún acuerdo.
“Tomando clínicas como rehenes”
El asunto es un verdadero caos, observando la AMGe “que nunca ha habido un acuerdo de precios ni un modelo de factura entre Sanitas y la AMGe”. Según Antonio Pizzoferrato, secretario general de la asociación, la situación es como tomar como rehenes a las clínicas. “La caja les dice: ya no los reconocemos porque los médicos no facturan como queremos”. En definitiva, la aseguradora “afirma que las clínicas imponen tarifas a los médicos (que alquilan sus locales), lo que no pueden hacer”. Corolario: los pacientes “se dirigen hacia el HUG, lo que contraviene la libre competencia”.
Por el momento, Christian Kuhn especifica que los asegurados de LCA pueden seguir recibiendo tratamiento en las cuatro clínicas no incluidas en el contrato. Los servicios de Lamal son reembolsados. En cuanto a los adicionales, deben ser objeto de un presupuesto proporcionado por médicos homologados. Sanitas decide entonces pagarles o rechazarlos.
La solución de los médicos de Ginebra
El colegio de médicos de Ginebra tiene una solución para salir de esta situación. Hace dos años, “Finma dijo que el sistema de precios tenía que ser más transparente. Hemos desarrollado un nuevo sistema de facturación con Groupe Mutuel, Swica y Assura, explica Antonio Pizzoferrato. Asegurado de aplicarlo desde el inicio del curso escolar, entrará en vigor con los otros dos fondos a partir del 1 de enero. Nuestra solución es esta. En primavera, Finma lo comprobará y tomará una decisión. Si ella lo considera adecuado, será perfecto. De lo contrario tendremos otro problema”.
Desde marzo, una serie de conflictos
El conflicto entre las compañías de seguros y las clínicas privadas de Ginebra comenzó en el invierno de 2024. A partir del 1 de marzo, CSS se negó a cubrir los tratamientos realizados en las divisiones privadas y semiprivadas de Grangettes y La Colline. Helsana, por su parte, sólo tuvo un conflicto con la clínica Grangettes. Esta doble disputa terminó el 1 de mayo. En esta misma fecha, fue el Grupo Mutuel el que abrió las hostilidades con el Hôpital de La Tour. La atención a sus pacientes no se restableció hasta el 1 de octubre. Finalmente, desde el 2 de septiembre, Helsana dejó de reembolsar la atención prestada en este mismo establecimiento de Meyrin. Este caso no está resuelto. En todas estas situaciones, los precios de las clínicas estaban en juego.
La posición de los Grangette
La directora de Grangettes, Véronique Lambert, “deplora profundamente” la situación: “tal como están las cosas, algunos pacientes que se benefician del seguro complementario de Sanitas ya no pueden elegir entre su médico o su centro sanitario”. Indica que para determinados tratamientos existe “una certeza”, y no un riesgo, de que la clínica no reciba financiación. En estos casos, “no podemos atender a pacientes electivos (nota del editor, no urgentes)”. No obstante, las situaciones se analizan “caso por caso”. Para Véronique Lambert, se trata de un problema francófono vinculado a las exigencias de los fondos “en materia de estructuras tarifarias y de su cumplimiento de las recomendaciones de Finma”.