El gobierno francés acaba de anunciar la revaluación de la escala progresiva del impuesto sobre la renta para 2025. Esta medida, que se produce en un contexto económico tenso, tiene como objetivo proteger el poder adquisitivo de los contribuyentes frente a la inflación. Echemos un vistazo más de cerca a los próximos cambios y sus implicaciones para las finanzas de los hogares.
Un ajuste fiscal frente a la inflación
El Ministro de Economía y Finanzas, Antoine Armand, presentó el proyecto de ley de Finanzas para 2025, que prevé un indexación de los tramos de la escala impositiva a la inflación. Esta decisión se produce cuando Francia enfrenta un déficit público preocupante, estimado en 6,1% del PIB para el año en curso y potencialmente 7% el próximo.
El objetivo declarado es reducir este déficit al 5% en 2025, gracias a un plan que combina:
- Una reducción del gasto de 40 mil millones de euros
- Un aumento de ingresos de 20 mil millones de euros
A pesar de estas restricciones presupuestarias, el gobierno ha optado por no congelar la escala progresiva del impuesto sobre la renta. Esta decisión evitará un aumento automático de la carga fiscal de los hogares debido a la inflación.
La nueva escala impositiva para 2025
La indexación de la escala impositiva a la inflación, estimada en un 2% para 2024 según el INSEE, supondrá un aumento de los tramos impositivos. Aquí está el nueva escala progresiva que se aplicará a las rentas de 2024, declaradas en 2025:
Ingresos 2024 (por unidad) | Tasa impositiva |
---|---|
Hasta 11.520€ | 0% |
De 11.520 € a 29.373 € | 11% |
De 29.373 € a 83.988 € | 30% |
De 83.988€ a 180.648€ | 41% |
Más allá de 180.648 € | 45% |
Esta revaluación evitará que los contribuyentes cuyos ingresos simplemente han seguido a la inflación sufran un aumento de impuestos o pasen a estar sujetos a impuestos.
Impacto en los contribuyentes y deducciones fiscales
La revalorización de la escala impositiva repercutirá positivamente en varios aspectos de la tributación:
Deducciones estándar: La deducción del 10% sobre los salarios se incrementará hasta un mínimo de 505€ y un máximo de 14.455€. Para los jubilados, la reducción de las pensiones alcanzará un mínimo de 451 euros por pensionista y un máximo de 4.407 euros por hogar.
Otras ventajas fiscales: También se incrementarán en un 2% la reducción de impuestos, la reducción para personas mayores o discapacitadas con ingresos modestos y el ahorro ligado a aumentos del cociente familiar.
Límites de deducción: Se aumentarán determinados límites, como el de la pensión alimenticia pagada a un hijo adulto (6.807 euros) o los gastos de cuidado de una persona mayor (4.047 euros).
Para los propietarios, es fundamental tener en cuenta que el gobierno planea aumentar la tributación de las plusvalías en alquileres amueblados no profesionales. Esta medida forma parte del deseo de reequilibrar la fiscalidad inmobiliaria.
Efectos sobre los impuestos de los hogares
La revalorización de la escala impositiva tendrá efectos variados en función de la situación de los contribuyentes:
Reducción de impuestos a renta constante: Los hogares cuya situación fiscal no haya cambiado en 2024 se beneficiarán de una reducción fiscal. Por ejemplo, una persona soltera que declare 35.000 euros de salario imponible verá su impuesto aumentar de 2.736 euros a 2.602 euros, una reducción del 4,9%.
Estabilidad de los ingresos después de la inflación: Los contribuyentes que se han beneficiado de un aumento de sus ingresos comparable a la inflación (alrededor del 2%) verán que sus impuestos se mantienen aproximadamente iguales.
Ventaja para ingresos altos: Mecánicamente, los hogares más ricos serán los principales beneficiarios en valor absoluto de esta revalorización. Una proporción menor de sus ingresos estará sujeta a su tipo impositivo marginal.
Cabe señalar que los ingresos de las empresas de alquiler de muebles no profesionales podrían verse afectados por las nuevas medidas fiscales, que podrían modificar el cálculo de su tributación.
Finalmente, la revaluación de la escala progresiva del impuesto a la renta para 2025 parece ser una medida para proteger el poder adquisitivo de los contribuyentes frente a la inflación. Aunque los efectos varían según las situaciones individuales, esta decisión debería permitir evitar un aumento general de la presión fiscal sobre los hogares franceses.