Publicado el 17 de mayo de 2024 a las 21:52 horas.
Lausana, principios de mayo, en la “sala de comercio” del Alpiq. Cada estación tiene al menos cuatro pantallas. Aquí vendemos y compramos electricidad, los 7 días de la semana, con varios años de antelación o redondeando la hora más cercana. Los precios se indican en un gráfico: el 28 de abril entre las 13 y las 14 horas -un domingo con buen tiempo- el megavatio hora valía -52 euros. Al día siguiente, entre las 19 y las 20 horas, cotizaba a 140 euros. Una semana más tarde, debido a la falta de viento en Alemania, los tipos en Suiza volvieron a ser negativos. Cambia todo el tiempo.
Pero a los traders les encanta la volatilidad. Permite crear arbitrajes; en otras palabras, cerrar una brecha de precios entre dos lugares. Así que, inevitablemente, los mercados eléctricos despiertan su deseo.
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