Washington añadió, el jueves 9 de mayo, a su lista negra comercial treinta y siete entidades chinas, incluidas determinadas empresas vinculadas, según Estados Unidos, al vuelo sobre territorio americano de un globo chino a principios de 2023. Visto entonces como un estructura que hacía espionaje esta máquina había sido derribada.
El Departamento de Comercio dijo que también apunta a aquellos que buscan adquirir productos estadounidenses para avanzar en las capacidades de tecnología cuántica de China. “Estas actividades tienen importantes aplicaciones militares y suponen una amenaza significativa para la seguridad nacional de Estados Unidos”subrayó en un comunicado de prensa.
Las empresas agregadas a la “lista de entidades” no pueden obtener artículos y tecnología estadounidenses sin autorización del gobierno.
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Algunas empresas objetivo también están vinculadas a avances en los programas nucleares chinos, o “involucrado en el envío de artículos controlados a Rusia” desde la invasión de Ucrania por parte de Moscú en febrero de 2022, añadió el Departamento de Comercio. “Debemos permanecer atentos en nuestros esfuerzos para evitar que dichas entidades accedan a tecnologías estadounidenses que podrían usarse de manera que dañen nuestra seguridad nacional”.declaró el subsecretario de Comercio para Industria y Seguridad, Alan Estevez, citado en el comunicado de prensa.
Un globo que había desdibujado las relaciones diplomáticas
En febrero de 2023, el Ministerio de Comercio ya había añadido seis entidades chinas a la lista de restricciones comerciales tras el incidente del globo. Esta imponente estructura atravesó Estados Unidos de oeste a este, desde Alaska hasta Carolina del Sur, desde finales de enero hasta principios de febrero de 2023, pasando por encima de instalaciones militares estratégicas. El globo fue finalmente derribado el 4 de febrero sobre el Atlántico y sus restos fueron recuperados por el ejército estadounidense, que desde entonces ha estudiado su contenido.
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El incidente había enfriado las relaciones entre Beijing y Washington. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, canceló un viaje planeado desde hacía mucho tiempo a China.
Washington había asegurado que se trataba de un globo espía, lo que Pekín había negado, alegando que había entrado involuntariamente en el espacio aéreo estadounidense.
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