Finanzas públicas locales 2024 – Cuaderno 2

Finanzas públicas locales 2024 – Cuaderno 2
Finanzas públicas locales 2024 – Cuaderno 2
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Una aceleración del gasto comunitario en 2024

Debido, en particular, a la persistencia de los efectos directos e indirectos de la inflación, los gastos de funcionamiento de las comunidades (remuneración de los agentes, compras de bienes y servicios, prestaciones y asistencia social en particular) aumentaron un 5,4% en los ocho primeros meses de 2024. (enero a agosto) respecto al mismo periodo de 2023.

De continuar esta tendencia a lo largo del año, los gastos operativos aumentarían en 2024 un 2,9% una vez deducida la inflación actualmente prevista, frente al 1,2% en 2023, mientras que la ley de programación de las finanzas públicas (LPFP) para 2023-2027 fija el objetivo de un reducción de 0,5 puntos por año excluyendo la inflación entre 2024 y 2027.

El gasto en inversión de las comunidades también se está acelerando. Entre enero y agosto de 2024 aumentaron un 13,1% respecto a enero-agosto de 2023. En particular, los municipios e intermunicipios se comprometen a ejecutar sus proyectos antes de las elecciones de 2026. De mantenerse la tendencia, el gasto en inversión comunitaria aumentaría en 2024 un 10,6% una vez deducida la inflación prevista, frente al 1,7% en 2023.

Un aumento del déficit comunitario que compromete los objetivos de la LPFP 2023-2027

Pese a la aceleración del gasto, las entidades del “bloque municipal” mantendrían una sólida situación financiera en 2024, apoyada en la dinámica de los ingresos por impuestos prediales.

El lento crecimiento de los ingresos del IVA contribuiría a un mayor empeoramiento de la situación de las regiones. La continua caída de los impuestos a las transmisiones patrimoniales, debido a la desaceleración del mercado inmobiliario, provocará un mayor deterioro en el de los departamentos.

Después de un superávit de 3.000 millones de euros en 2022, las comunidades experimentaron una necesidad de financiación de 5.500 millones de euros (0,2% del PIB) en 2023, debido a la aceleración del gasto y la caída del DMTO.

Las necesidades de financiación de las comunidades experimentarán un aumento considerable respecto a 2023. Su orden de magnitud podría transformarse. El objetivo del LPFP 2023-2027 de un fuerte superávit de las autoridades locales en 2027 (17.000 millones de euros o el 0,5% del PIB) está comprometido.

Sin embargo, una contribución justificada de las comunidades a la recuperación de las finanzas públicas

Las comunidades tienen un papel importante que desempeñar en el restablecimiento de las finanzas públicas.

En 2023, su gasto representó el 17,8% del gasto público y el 9,9% del PIB. Sin embargo, la calidad del gasto local aún puede mejorar considerablemente, ya se trate de gastos de personal (personal, jornada laboral, absentismo), compras de bienes y prestación de servicios (prácticas de gestión no óptimas), inversiones (selectividad desigual) o integración papel de los intermunicipios (grado variable de compartición de servicios y equipos administrativos entre los municipios que son miembros).

Una contribución que debe movilizarse frenando los ingresos comunitarios

El Tribunal propone cinco medidas estructurales a las autoridades públicas: implicar mejor a las comunidades en las decisiones relativas a la función pública territorial; hacerles contribuir al retorno del equilibrio financiero del CNRACL (plan de jubilación de los funcionarios territoriales y hospitalarios); hacer obligatorios los sistemas de mancomunación entre comunidades; racionalizar el apoyo estatal a la inversión comunitaria para favorecer la transición ecológica; distribuir las transferencias financieras del Estado entre comunidades basándose en datos contemporáneos de población y riqueza, y no en situaciones pasadas.

El Tribunal propone a las comunidades dos medidas de ahorro cuantificadas: controlar su mano de obra, en particular llevándola de aquí a 2030 al nivel de principios de la década de 2010 (es decir, una reducción de 100.000 puestos de trabajo o un 5,5%, en seis años) y no sustituir una parte minoritaria de jubilaciones y generalizar las prácticas de compra más óptimas.

También propone a las autoridades públicas otras cinco medidas de ahorro calculadas, que deberían animar a las comunidades a movilizar su potencial de ahorro. Además de normas más rigurosas para la depreciación de sus activos, la evolución de los gastos de funcionamiento de las comunidades podría verse frenada por una mayor moderación de sus ingresos: poniendo fin a la indexación automática a la inflación del valor de las viviendas sujetas al impuesto sobre la propiedad. ; extendiendo a todos ellos el objetivo plurianual de evolución de las transferencias financieras del Estado (aunque apenas cubre una cuarta parte de ellos); limitando el aumento del IVA y de los ingresos fiscales especiales sobre los contratos de seguro para reasignar parte del mismo al Estado; asignando parte del aumento de los ingresos del IVA a fondos nacionales de resiliencia por categoría de comunidad, con una gobernanza colaborativa con el Estado.

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