Aliko Dangote, uno de los hombres más ricos de África, tomó recientemente la decisión de gestionar su fortuna en Dubai.
En concreto, hizo pública su intención de establecer un family office en Dubai. Es una medida que pone de relieve los desafíos actuales que enfrentan los inversores en el continente africano.
La iniciativa, presentada el 23 de septiembre, tiene como objetivo gestionar sus colosales activos estimados en 13.300 millones de dólares y diversificar sus inversiones a escala global.
La elección de Dubái, y no de una ciudad africana, como sede de este family office no es insignificante. De hecho, esta ciudad-estado de los Emiratos Árabes Unidos ofrece un entorno empresarial particularmente atractivo, caracterizado por la estabilidad política, una seguridad jurídica reforzada y un marco fiscal ventajoso.
Estas fortalezas contrastan marcadamente con las condiciones, a menudo más inciertas, que se encuentran en muchos países africanos, incluido Nigeria, el país de origen de Dangote.
A sus 67 años, el magnate nigeriano busca claramente consolidar y perpetuar su imperio. La creación de este family office en Dubái le permitirá centralizar la gestión de sus activos, optimizar su estrategia fiscal y planificar su sucesión.
Esta estructura también facilitará sus ambiciones de expansión internacional, proporcionándole una plataforma ideal para formar asociaciones estratégicas y realizar coinversiones a escala global.
La decisión de Aliko Dangote sobre su fortuna llega en un momento crucial de su trayectoria empresarial. Si bien ya es un actor importante en los sectores cementero y agroalimentario en África, la inauguración de su megarefinería de petróleo en Nigeria, con una inversión de 20 mil millones de dólares, marca su entrada en la industria energética continental.
Esta diversificación sectorial va acompañada ahora de una estrategia de diversificación geográfica de sus inversiones.
El acercamiento con Dubai también se materializó recientemente con la adquisición del 1,4% del capital de Dangote Cement por parte del fondo soberano Investment Corp of Dubai (ICD), por un importe de 300 millones de dólares. Esta operación demuestra el interés mutuo entre el grupo Dangote y los inversores emiratíes y podría presagiar futuras colaboraciones.
Al elegir Dubai para administrar su fortuna, Aliko Dangote está enviando una fuerte señal sobre los desafíos que África aún enfrenta para retener capital y atraer inversores internacionales.
Esta decisión pone de relieve la urgencia de que los países africanos mejoren su entorno empresarial, su estabilidad política y su seguridad jurídica si quieren competir con los centros financieros globales y beneficiarse plenamente del éxito de sus empresarios.
