Estados Unidos aumenta los subsidios para reactivar la producción de chips

Estados Unidos aumenta los subsidios para reactivar la producción de chips
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Casi 30 mil millones de dólares en subsidios públicos otorgados en apenas un mes y medio. Después de un comienzo tímido, la Ley de Chips Estadounidenses está avanzando a toda velocidad. Desde principios de marzo, cuatro gigantes de los semiconductores han aprovechado esta legislación aprobada en el verano de 2022 para reiniciar la producción en Estados Unidos. Objetivo declarado por Washington: producir el 20% de los chips de última generación de aquí a 2030. Estos se fabrican hoy casi en su totalidad en las fábricas asiáticas de la fundición taiwanesa TSMC y de su rival surcoreano Samsung. “No se puede liderar la carrera en inteligencia artificial si no se lidera también la carrera en la fabricación de chips de vanguardia”. subraya Gina Raimondo, secretaria de Comercio estadounidense, que no descarta lanzar un segundo plan.

12% de la producción – La Ley Chips tiene un presupuesto de 39 mil millones de dólares para subvencionar la construcción de fábricas. Una suma similar a la movilizada por la Unión Europea. Pero tres veces inferiores a las ayudas públicas concedidas por China. Estados Unidos también promete invertir 13 mil millones en investigación. De esta manera esperan revertir la caída de la producción nacional. En 2022, sólo el 12% de los semiconductores se fabricaron al otro lado del Atlántico, frente al 37% en 1990. La proporción es aún menor para los componentes más avanzados. Al igual que los europeos, el país se ha visto suplantado por el auge de los grupos asiáticos, en particular TSMC, que popularizó el modelo. sin fábula (subcontratación). Y que hoy produce chips de Nvidia, Qualcomm e incluso Apple.

¿Subsidios indispensables? – Hasta ahora, el gobierno de Estados Unidos sólo ha otorgado pequeñas subvenciones en virtud de la Ley de Chips. “Las negociaciones son difíciles”, reconoció Gina Raimondo en febrero. Desde entonces, las oficializaciones se han multiplicado. TSMC recibirá 6.600 millones de dólares. Intel recuperará 8.500 millones. Samsung se beneficiará de una subvención de 6.400 millones. Y Micron 6,1 mil millones. Estas cantidades asombrosas son esenciales, según estas grandes multinacionales, que saben que están en una posición de fortaleza dada la competencia entre diferentes países. No sólo por las gigantescas inversiones necesarias: TSMC planea, por ejemplo, gastar 65 mil millones de dólares para construir tres fábricas en Estados Unidos. Pero también para cerrar la brecha de costos con los países asiáticos.

Retrasos – En 2022, TSMC estimó que los costos de producción eran un 50% más altos en Estados Unidos que en Taiwán. Esta brecha se explica por salarios más altos, pero también por costos de construcción y regulaciones ambientales más restrictivas. La semana pasada, el fundador advirtió que recuperaría esta diferencia en sus precios. Según el diario taiwanés Digitimes, pretende vender sus chips americanos entre un 20 y un 30% más caros que los fabricados en su país. Las ambiciones de Estados Unidos chocan también con otra realidad: la escasez de trabajadores cualificados en estos proyectos tan complejos. En Arizona, TSMC tuvo que posponer la apertura de sus fábricas. Retrasos que afectan también a sus futuros proveedores, que todavía esperan que se les concedan subvenciones públicas.

Para ir más lejos:
– Ante la escasez de chips, TSMC lanza un plan de inversión récord
– Europa invertirá 43 mil millones de euros en chips


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