El Ministro de Transición Energética y Desarrollo Sostenible de Marruecos, Leila BenaliLa empresa se enfrenta a una nueva ola de críticas. Esta polémica surge tras la reciente adquisición de vehículos de la empresa, algunos de los cuales funcionan con diésel. La decisión plantea interrogantes, sobre todo en un contexto en el que Marruecos promueve activamente la transición hacia las energías renovables.
El coste de los vehículos, que supera los 1,2 millones de dírhams por dos coches de lujo, llama la atención. Esta elección se considera inapropiada, sobre todo porque la ministra Benali, encargada de la política energética del país, debería dar ejemplo en materia de movilidad sostenible. Los vehículos encargados también incluyen modelos híbridos para sus colegas, pero esto no es suficiente para apaciguar las críticas. Esta adquisición, considerada excesiva, se produce en un momento en el que el país atraviesa una crisis económica, lo que alimenta aún más el debate sobre la gestión de los recursos públicos.
El caso recuerda a una polémica anterior en el seno del gobierno marroquí, en la que el Ministerio de Transición Digital también había sido criticado por haber lanzado una licitación para la compra de coches caros. Este escándalo anterior añade más peso a las críticas dirigidas al ministro Benali, exacerbando la percepción de una desconexión entre los dirigentes políticos y las cuestiones ecológicas que defienden públicamente.
Los críticos también señalan la ironía de la situación: mientras Marruecos intensifica sus esfuerzos para promover la adopción de energías verdes, la ministra encargada de esta transición parece ignorar estos principios en sus propias decisiones en materia de transporte. Además, esta decisión refleja prácticas similares dentro de su partido, el Partido de la Autenticidad y la Modernidad (PAM), otro de cuyos miembros adquirió recientemente vehículos de lujo.
