Ya se sabe: cada año, a partir de mediados de agosto, aparecen en masa nuevas novelas (en lengua francesa, pero no solo), demasiadas para que se les dé la importancia que merecen. Algunas serán noticia o generarán polémica, sin que esto tenga necesariamente que ver con la calidad de su contenido, mientras que otras pasarán desapercibidas y abandonarán tristemente las estanterías de las librerías sin haber encontrado su público.
Cada año, los novelistas noveles se lanzan de cabeza a esta inmensa batalla que lamentablemente se cobrará muchas víctimas. Así que, si tienes presupuesto, no dudes en apoyar sus libros. En la lista que aparece a continuación hay algunas joyas que son mucho mejores que algunos de los títulos preseleccionados para el Premio Goncourt, créenos.
“Quisiste mi calor, tendrás mi fuego”, fuegos
“Allí todo empieza siempre de la misma manera. Me coquetean, despierto curiosidad y miradas, los vendedores quieren aconsejarme, coquetean conmigo y me sonríen como si fuera el chico más guapo de la tienda. Por supuesto, sé que es su trabajo. Y por supuesto, todo se detiene si hablo de mi coño. Pero flotar unos minutos en la masculinidad gay hegemónica es muy placentero”.
Con cada rentrée literaria, las historias trans parecen ganar visibilidad, y los autores tienen por fin la oportunidad de compartir sus experiencias e ir más allá del simple discurso, a menudo dramatizado y medicalizado, sobre su transición de género. Así lo demuestra este libro tan incendiario como su título, una epopeya íntima y sexual escrita en primera persona y situada bajo el signo de un doble deseo exhibido por Paulo Higgins: el de vivir deprisa y el de encontrar el propio lugar.
Ser un hombre trans y querer integrarse en la comunidad gay no es fácil: te expones al rechazo, al asco,…
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