Del latín “candela”, la vela se utilizó principalmente en Francia en el siglo XII. En esa época no existía la electricidad. Por lo tanto, para iluminar las calles y los interiores se utilizaban cilindros hechos de material combustible. Nació la vela y, en paralelo, también aparecieron algunas expresiones. Por ejemplo, en esa época se decía a menudo “quemar la vela por los dos extremos”, lo que significaba “gastar todo el dinero”. Con el paso de los años, nacieron otras expresiones como “aguanta la vela” o “el juego no vale la pena”.
La expresión francesa “le jeu n'en vaut pas la chandelle” se usa mucho en la vida cotidiana. Simplemente significa que no hay interés o que el interés no vale la pena. Aquí también, la expresión nació en la época en que se utilizaba la vela para iluminar. Parece que hizo su primera aparición en el siglo XVI en las salas de juego iluminadas con velas. En esa época, la vela era un objeto muy caro, un artículo de lujo. Era costumbre que todos los jugadores dejaran dinero en las habitaciones para compensar la luz de las velas. Sin embargo, cuando la cantidad total era demasiado baja, era imposible comprar velas nuevas. Así nació la expresión “le jeu n'en vaut pas la chandelle”.
Hoy en día, la vela ya no es un artículo de lujo, sino un objeto decorativo que ya no es imprescindible en la vida cotidiana. Sin embargo, a pesar de los años que (…)
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