El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, pidió el viernes a sus aliados reunidos en Alemania “más armas” y permiso para utilizarlas también para atacar territorio ruso, en un momento en que Moscú intensifica sus devastadores bombardeos y avanza en el frente oriental.
“Necesitamos más armas para hacer retroceder a las fuerzas rusas de nuestro país, especialmente en la región de Donetsk” en el este, dijo el líder ucraniano en la apertura de una reunión de partidarios internacionales de Kiev en la base aérea estadounidense en Ramstein, oeste de Alemania.
“El mundo tiene suficientes sistemas de defensa aérea para garantizar que el terrorismo ruso no tenga ningún resultado”, afirmó, mientras Ucrania sufre desde hace varios días mortíferos bombardeos rusos, incluido el reciente sobre un instituto militar en Poltava, en el centro, que dejó al menos 55 muertos.
Zelenski también reiteró su exigencia de poder utilizar armas de largo alcance suministradas por sus socios “no sólo en el territorio ocupado de Ucrania, sino también en territorio ruso”.
Sus aliados, incluidos sus dos principales proveedores, Estados Unidos y Alemania, han dado su aprobación para atacar objetivos en suelo ruso con algunas de sus armas bajo ciertas condiciones, pero son reacios a generalizarlo por temor a una escalada con Moscú, que plantea periódicamente la amenaza nuclear.
– Nueva ayuda estadounidense
Zelensky continuará exponiendo su postura más tarde en una reunión con el canciller alemán Olaf Scholz en Frankfurt, no lejos de Ramstein, antes de dirigirse a Italia para un foro económico y “negociaciones” con la primera ministra Giorgia Meloni.
Dos años y medio después del lanzamiento de la invasión rusa, Ucrania está en crisis: la gran ofensiva ucraniana que comenzó a principios de agosto en territorio ruso, en la región de Kursk, no ha ayudado a detener el avance de Moscú en el Este.
El jueves, el hombre fuerte del Kremlin reafirmó que su “prioridad número uno” era conquistar todo el Donbass, donde avanza su ejército.
En Ramstein, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció una nueva ayuda militar de 250 millones de dólares a Ucrania que “aumentará las capacidades para satisfacer las necesidades cambiantes del país”.
“Moscú continúa su ofensiva en el este de Ucrania, en particular en torno a Pokrovsk. Putin está reposicionando sus tropas en Kursk. Y el Kremlin sigue bombardeando ciudades ucranianas y atacando a civiles ucranianos. Esto es un escándalo”, dijo Austin en la apertura de la reunión.
Londres anunció el viernes un contrato de 162 millones de libras (192 millones de euros) para el suministro de 650 misiles ligeros multifunción de corto alcance, que pueden dispararse desde una variedad de plataformas terrestres, marítimas y aéreas.
Berlín confirmó el miércoles la entrega de ocho sistemas de defensa aérea Iris-T SLM y nueve del modelo relacionado Iris-T SLS hasta 2025, que se sumarán a los ya suministrados.
– Preocuparse –
Desde el comienzo de la guerra, los ministros de Defensa del grupo de contacto se reúnen periódicamente en Ramstein para debatir con los representantes militares los esfuerzos conjuntos para equipar mejor a Ucrania. En esta reunión estarán representados unos 50 países.
Si bien reafirman periódicamente su apoyo inquebrantable a Ucrania, muchos gobiernos se enfrentan a una opinión pública dividida a medida que la guerra se prolonga.
Es el caso de Alemania, donde la extrema derecha, criticada durante mucho tiempo por sus vínculos con el Kremlin, logró el domingo un resultado histórico al ganar las elecciones regionales en Turingia, en el este del país.
En su propuesta de presupuesto para 2025, Alemania ya ha previsto una reducción significativa de la ayuda a Ucrania, de unos ocho mil millones a unos cuatro mil millones de euros.
Kiev está aún más preocupada porque nuevos paquetes de ayuda de gran cuantía procedentes de Estados Unidos, donde no se excluye un regreso al poder de Donald Trump, parecen ilusorios, y porque Francia, que con Berlín forma el dúo líder de la UE, está inmersa desde hace semanas en una crisis política interna.
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