Desde hacía varios meses y desde los primeros artículos que denunciaban su desaparición del circuito, circulaban los rumores más disparatados. En el desorden, había huido de Italia para escapar de “lagunas fiscales”, había participado en un fraude de vacunación cuando llegó el Covid-19 o no había pagado seis meses de alquiler de una casa que alquilaba en Calenzano, cerca de Florencia, mientras se encargaba de vaciarla. de sus muebles al salir. El domingo pasado, Camila Giorgi salió del silencio para el programa “Verissimo”, de Canale 5. Y cuenta su verdad.
“No desaparecí, al contrario de todo lo que se ha escrito. Lo siento, pero siempre he sido así. A menudo me han acusado de ser enigmática porque nunca he sido una persona que habla mucho, dijo a la presentadora Silvia Toffanin. Para el recaudador de impuestos, mi familia y mi padre. (nota del editor: Sergio Giorgi, que también es su entrenador) No nos dimos cuenta porque los problemas venían de gente externa. Inmediatamente reemplazamos a las personas responsables de gestionar mis intereses y estos temas”.
Sobre los rumores sobre la casa, Camila Giorgi señala que sin duda eso es lo que más le divirtió. “Sobre todo porque esta casa no tenía muebles”, dice. Respecto a las vacunas falsas supuestamente fabricadas por su médico, asistirá a una audiencia el próximo mes. “No sabía nada de esto. Me dijo que me había puesto la vacuna anti-covid”, explica. Esta historia me impacta porque pensé que teníamos una relación humana y sincera. Esta persona también me ha atendido en varias ocasiones”.
Camila Giorgi, que ahora tiene 32 años, dice que se despertó una mañana de mayo con el deseo irreversible de dejar su carrera. Este es el anuncio que quería hacer en el último Roland-Garros pero la vorágine mediática trastocó sus planes. “A decir verdad, hace años que quiero tomar esta decisión. Me encanta el tenis y todavía me divierto de vez en cuando. Pero la vida en el circuito es muy exigente, continúa el italiano. No soportaba viajar todas las semanas, hacer las maletas y ver siempre a la misma gente. Quería vivir otra vida diferente”.
Si no quiere descartar por completo un regreso algún día, la que fue 26ª en la WTA y cuartofinalista en Wimbledon 2018 no cree en ello. Porque ya no quiere “entrenar seis horas diarias” para rendir al más alto nivel, tras estar entre las 100 mejores desde 2012.
Ahora vive en Miami y está enamorada de un estadounidense. “Estoy muy feliz y donde quiero estar”, dijo. Pero espero volver a Italia a menudo porque es mi hogar”. La prensa italiana se siente tranquila al saber que Camila regresará al país lo antes posible.
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