El infierno es nuestro | le360.ma

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Una de las películas más bellas del año 2024, que acaba de finalizar, se llama “Todo lo que imaginamos como luz”. Lo escribimos aquí mismo, esta primera película india, firmada por una joven del documental (Payal Kapadia), es un tesoro de poesía y sensibilidad. También ganó el gran premio en el último festival de Cannes y fue un éxito en todas partes… ¡excepto en la India, su propio país! Allí, en casa, la película disgustó a la derecha local, que la acusa de haber estetizado la pobreza y de haber tratado de complacer a Occidente.

Complacer a Occidente: esto es algo que disgusta mucho a “los nuestros”, ya sean indios o marroquíes. ¿Pero qué significa eso exactamente?

Muchas veces esto significa una película bien escrita, una producción cuidada, diálogos crudos y, sobre todo, lo que nuestra gente califica de clichés. Es decir el deseo de abordar temas que molestan y que la buena sociedad prefiere ocultar a los ojos de los extraños.

Ya vengan de África o de Oriente, las mejores películas del Sur padecen muy a menudo esta extraña enfermedad. Son celebrados en otros y ignorados o descartados en casa. Se les acusa de querer complacer a Occidente, lo que equivale a vender el alma al diablo.

Hay que tener en cuenta que los cineastas no son los únicos que sufren esta maldición: también los escritores y, en general, todos aquellos que brillan o que (realmente) tienen algo que decir…

Para seguir en el cine, tenemos a Nabyl Ayouch en Marruecos. Cada una de sus películas es masacrada en el acto, con los ojos cerrados o casi, como si fuera un deber nacional.

El último se llama “Todo el mundo ama a Touda”, que acaba de estrenarse en cines. Una película muy por encima de la media, que cuenta la historia de la lucha de una cantante de cabaret que lucha por ser reconocida como artista por derecho propio. Pero nada ayuda, en el campo y en la ciudad, entre los pobres y los ricos, los hombres sólo la ven como una animadora y una mujer fácil…

Touda (Nisrine Erradi, de nuevo impecable), que también lucha por su hijo discapacitado, es un bello personaje que recuerda las luchas de la mujer marroquí actual y de quienes intentan volver a la superficie y mantener la cabeza a flote, mientras todo los lleva al fondo…

Como ocurrió con “Much Loved”, otro éxito que los nuestros tuvimos el placer de arrasar, el sexo es uno de los principales motores de esta nueva película. Sexo, por tanto, pero tanto en su dimensión carnal como violenta. Touda no sólo es víctima de la bestialidad de los hombres, sino que también arde de deseo. Esto es lo que lo hace complejo y artísticamente interesante.

Y esto es lo que preocupa a nuestro pueblo, por supuesto, acostumbrado a los estereotipos maniqueos. Touda, en la película, es tan inclasificable que los nuestros no comprenden qué la hace moverse, sonreír, saltar de alegría o llorar.

Entre las críticas recurrentes que se han hecho a la película, los más ingenuos se indignan: pero ¿por qué no filmar jeques resistentes (contra la ocupación franco-española)? Además de convertir a los jeques en seres asexuales, estos críticos no comprenden que una Touda, de hecho, también es una luchadora de la resistencia a su manera…

En definitiva, ve a ver esta buenísima película marroquí, toma tu propia decisión y olvídate de la contaminación acústica que provoca la nuestra.

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