Nominada dos veces (en las categorías “Revelación francófona del año” y “Revelación belga del año”), Héléna Bailly, ex candidata a la Star Academy, ha seguido seduciendo. Con su primer sencillo Aimée for real y el éxito Summer Body, rápidamente se estableció como una estrella del pop en ascenso. Por lo tanto, fue bastante natural que recibiera, al final de la entrevista, el primer NMA de la velada en la categoría belga.
Aún abrumada por la emoción, compartió sus primeras impresiones al micrófono de DH: “¡Estoy muy feliz! Admito que tenía muchas expectativas con esta nominación, pero no esperaba estar tan conmovido. Me impactó así, y me dije: ‘Wow, en realidad, eso es una locura'”. .’ Es una consagración muy rápida”.
Si para el público y los aficionados esta victoria parecía inevitable, Héléna se mantuvo cautelosa hasta el final, dejando surgir un poco de superstición. En efecto, “Me dijeron: ‘No, pero seguro que lo conseguirás’. Y yo dije: ‘¡No me maldigas, nunca se sabe!’“, confiesa con una sonrisa.
Una carrera que se extiende más allá de las fronteras
Héléna Bailly no tiene nada de qué avergonzarse de su carrera. También participó en el Before, un miniconcierto exclusivo organizado el jueves pasado para un círculo restringido de privilegiados, junto a Louane, Kendji, Amir y Pierre Garnier. Este momento único no hizo más que reforzar su popularidad entre el público francófono, confirmando su lugar en el corazón de sus fans.
Un éxito que saborea con humildad. “Creo que este es el objetivo de todo artista belga”, ella confía. “Lo hablé mucho con otros artistas: cruzar fronteras es a veces un verdadero desafío para un artista belga”. Explica que su carrera le permitió darse a conocer simultáneamente en Bélgica y Francia, un privilegio poco común. “Tomé el camino opuesto gracias a la Star Academy, que tuvo lugar en Francia, y eso me permitió darme a conocer en ambos lados”.
Con este reconocimiento, sus fans franceses la ven hoy como una figura franco-belga, lo que nunca deja de hacerla sonreír. Recientemente instalada en Bruselas, no tiene intención de abandonar Bélgica en el corto plazo (“Realmente me he instalado en Bélgica. No me mudo.” ella bromea). También observó que su acento belga se había ido desvaneciendo con el tiempo: “Antes, mi acento inmediatamente traicionaba mis orígenes. Ahora que paso más tiempo en Francia que en Bélgica, la gente se sorprende al saber que soy belga. Me dicen: ‘Ah, bueno, eres belga, pero ¿no tienes acento?'”. Ella concluye con humor: “Por eso soy amable”.
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