Los guionistas de “Gifts” no se preocuparon. Un árbol, una idea de partida vaga (regalos podridos), un reparto coral (Gérard Darmon, Camille Lellouche, Max Boublil, Chantal Lauby, Mélanie Doutey, Gringe, Vanessa Guide y Liliane Rovère)… Emocionante, pesa. El largometraje (1h24 sobre papel, pero al menos el doble en “tiempo sentido”) presenta a varios miembros de una misma familia que, por tanto, ofrecen regalos envenenados a sus seres queridos.
“Placer al dar, malestar al recibir”, advierte el cartel… que no cree que lo diga tan bien. Está el eterno soltero al que ofrecemos sábanas individuales, patos vibrantes o un CD de Jean-Jacques Goldman. O el hipocondríaco que recibe termómetros o un bono para una punción lumbar. El problema de estos “Regalos” es que sólo consisten en una sucesión de gags que fracasan, cuando no son espantosos.
Camille Lellouche interpreta a una chica tan divertida que en lugar de decir “arrivederci”, dice “llegada del aire caliente”. Y tan desinhibida que cuando llega a casa anuncia “voy al baño, le doy gas, doy la guillotina con salchichas”… ¡Qué “vergüenza”! Aquí todo el mundo se tira pedos, incluso la abuela (Liliane Rovère, que habla con un acento difícil de identificar). En cuanto a Vanessa Guía, asume el papel de una godiche acabada, y canta de mal gusto una canción sobre la Shoá que te deja sin palabras.
En definitiva, no creemos en nada y no nos importa todo ni todos los personajes. Después de las vulgares “Christmas Balls” y la muy insulsa “Un Noël en famille”, “Les Cadeaux” de Raphaële Moussafir y Christophe Offenstein pesan una tonelada y confirman que la magia de la Navidad no siempre funciona. En cualquier caso, 2024 no es un buen año. Es mejor volver a ver las eternas “Santa Claus is trash”, “The Log” o “Love Actually”, cada una en su propio género: oscura, sabrosa o romántica. Verdaderos regalos, ellos.
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