La nueva instalación de CPE la Belle jour, en Chandler, en la región de Gaspésie, funciona sólo al 25% de su capacidad. La falta de personal impide por el momento acoger a más niños.
A pesar de los esfuerzos de la dirección, faltan 10 educadores para que el CPE pueda funcionar a pleno rendimiento.
Este problema no es nuevo. Ya en octubre pasado, poco después de la inauguración del nuevo edificio, construido con un coste de poco más de 3 millones de dólares, había escasez de trabajadores. Sin embargo, no escatimamos esfuerzos para encontrar gemas raras.
“Estamos intentando organizarnos… Todo eso… Pero no es fácil”, afirma la directora general del CPE la Belle Jour de Chandler, Hélène McInnis.
El gerente sigue confiado, a pesar de que en el CPE de reciente construcción hay varios locales vacíos. Hoy en día, sólo 18 niños ocupan el vasto espacio cuando podría albergar a 71.
“No es el problema de tener hijos, es el problema del personal. Todos estamos experimentando lo mismo. Se lo cuento a mis compañeros de todas partes: en Bas-Saint-Laurent o en Gaspésie, viven la misma situación”, analiza el directivo.
TVA CIMT-CHAU
La falta de personal ralentiza las actividades diarias del lugar. Esta falta de mano de obra no se había previsto. Cada día, la dirección del lugar intenta juntar las piezas de un rompecabezas que cambia constantemente.
“Además tuve paros, retiros preventivos para trabajadoras embarazadas durante el otoño. Fue muy desestabilizador”, explica la señora.
Para los directivos, se necesita un poco de paciencia. Algunos estudiantes están recibiendo formación actualmente, pero no son muchos.
“En las condiciones laborales, es seguro que se han hecho cosas en los últimos años. Actualmente están en negociaciones. Es cierto que es necesario revisar la tarifa horaria básica. Es mucho menos interesante que en otros sectores”, afirma McInnis.
Sin embargo, en el centro de toda esta crisis, los padres están agregando sus nombres a una lista de espera cada vez mayor.
“A veces tengo padres que me llaman y me dicen “tengo que aceptar un trabajo sin paga”. Algunas personas lloran por teléfono. Vemos en las redes sociales a padres que piden servicios porque empiezan a trabajar en primavera… Sin duda, esto les genera estrés”, afirma Hélène McInnis.
Mientras la demanda de espacios para guarderías se dispara en la región, cabe preguntarse si estos locales vacíos influirán en las próximas decisiones con vistas a la construcción de pabellones similares en otros lugares de Gaspésie.