Inspirado en los dos libros de recuerdos publicados por el franco-americano (harry y yo y mi secreto), el largometraje se centra en los diez años cruciales en los que se convirtió en una artista consumada a principios de los años sesenta.
El camino será difícil ya que Niki se enfrenta a problemas de salud mental relacionados con traumas graves y las limitaciones sociales de la época.
Una historia de emancipación, por tanto. Porque la joven pasa primero por una estancia en una institución (y electroshocks…). El deseo de crear y exorcizar sus miedos le salvó la vida.
Autodidacta, intenta conciliar arte y familia (tiene dos hijos), bajo la mirada atenta y un tanto paternalista de su marido, el escritor Harry Mathews (John Robinson). Lo que también le valdrá el mordaz desprecio del pintor Joan Mitchell durante una cena de borrachera (¡nuestra Riopelle nacional saldrá en defensa de Niki!).
Luego se unió a los Nuevos Realistas y conoció a Jean Tinguely (Damien Bonnard), que tendría una influencia determinante en su desarrollo como artista, en particular sus actuaciones en Tirs que la hicieron famosa internacionalmente; el dúo crearía posteriormente varias esculturas, obras monumentales, incluidas aquellas que adornó el pabellón francés en la Expo de 1967 en Montreal.
Céline Salette tuvo suerte con Charlotte Le Bon, totalmente encarnada, alternando con tanta convicción entre la introspección y los ataques de locura. Es cierto que la quebequense tenía una gran ventaja ya que, paralelamente a su carrera como actriz (Yves Saint-Laurent) y directora (la muy bella Lago Falcón2022), también tiene una carrera como artista en las artes visuales.
La actriz francesa, interpretada por Bertrand Bonello y Phillippe Garrel, rueda aquí su primer largometraje como directora… ¡Y tiene ojo! Su selección en la sección Una Cierta Mirada del reciente Festival de Cannes así lo demuestra.
Sallette tuvo que afrontar una dificultad importante. Los titulares de los derechos de la mujer fallecida en 2002 se han negado durante mucho tiempo a permitir que las obras del artista aparezcan en el contexto de la ficción.
La directora evitó esta situación centrando sus comentarios (escribió el guión con Samuel Doux) en la persona y no en la obra. La determinación de Niki de liberarse de las cadenas patriarcales y de hacerse oír resuena con mucha fuerza, ¡aún más hoy!
trabajo muy personal
Su puesta en escena resulta coherente con la obra dispersa –y muy personal– de Niki de Saint Phalle. Salette alterna planos fijos, a veces prolongados, con primeros planos de la torturada creación febril del artista.
La historia de diez años se divide en tres actos (Lo que Niki prefiere olvidar; Niki fabrica sus armas y Niki va a la batalla). Una vez más, el director nos ahorra una linealidad banal para recomendar avances apoyándose en importantes elipsis (con algunos flashbacks sobre la juventud de Niki, fuente de sus traumas).
Sólo nos queda esperar que esto sea sólo el comienzo detrás de la cámara para Céline Salette. Porque parece muy prometedor.
Lo más fascinante sigue siendo el viaje de Niki de Saint Phalle, su determinación de pensar fuera de lo común. Niki se destaca como un largometraje inspirador.
niki se presenta en el cine.
“Niki”, tráiler (Axia Films)
en los creditos
- Valoración: 7/10
- Título: niki
- Género: Drama biográfico
- Directora: Céline Sallette
- Reparto: Charlotte Le Bon, John Robinson, Damien Bonnard
- Duración: 1 hora 38 minutos