El disfraz del marido celoso, impulsivo y de techo bajo le sienta como anillo al dedo al belga François Damiens. Esta es también la crítica que se puede hacer a la película de Stefan Liberski (Novia de Tokio): ofrece a cada uno de sus compatriotas una partitura conocida y perfectamente formateada. Como Laurence Bibot, idealmente elegido para el papel de un artista del collar atrevido y franco.
Impresionantes paisajes y pinturas de todos los estilos, todas las épocas y todas las influencias, que magnifican la naturaleza y la simple belleza de la vida cotidiana, completan esta impresión de un escape fuera del tiempo y el espacio. Sin embargo, no siempre logra ir más allá del marco de la anécdota.
Benoît Poelvoorde: “Hoy en día, las líneas de los coches son feas y agresivas, parecen zapatillas de deporte o yates”
Imaginamos que todos los intérpretes disfrutaron muchísimo interpretando esta partitura mitad satírica, mitad escolar, parodiando el mundo del arte contemporáneo. Camille Cottin (toni con familia) y Gustave Kervern aportan sus propios toques de color a este cuadro impresionista, esbozado un tanto apresuradamente.
★ El arte de ser feliz Bosquejo DeStefan LiberskiGuiónStefan LiberskiConBenoît Poelvoorde, Camille Cottin, François Damiens, Laurence Bibot, Gustave Kervern…Duración1h50