“Madame de Sévigné”: una película epistolar

“Madame de Sévigné”: una película epistolar
“Madame de Sévigné”: una película epistolar
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Sus cartas han abarcado siglos, convirtiendo a su autora en una figura esencial de la literatura francesa y, sin embargo, la historia de Madame de Sévigné nunca antes había llegado a la pantalla. La directora francesa Isabelle Brocard corrige esta brecha dando una mirada moderna a los escritos de la marquesa y lo que revelan sobre su problemática relación con su hija, Madame de Grignan.

Con motivo de un baile en los jardines del Palacio de Versalles, a mediados del siglo XVIImi En el siglo XIX, el rey se acercó a la joven Françoise de Sévigné con la esperanza de convertirla en su cortesana. Deseando para su hija una existencia como la suya, llena de libertad, lujo y albedrío, la marquesa de Sévigné se impone y la convence de unirse con un noble sin dinero, el conde de Grignan (Cédric Kahn). “Serás dueña de tu destino, independiente y feliz”, le dijo.

Sin embargo, contrariamente a lo que su madre había imaginado, Françoise se enamora de su marido y abandona la casa familiar para seguirlo a Provenza, donde es gobernador. Allí tiene una serie de embarazos y obligaciones, alejándose cada vez más de la influencia que la marquesa busca ejercer sobre ella. Este último, angustiado, inicia una correspondencia febril y apasionada (el dúo intercambiará más de 700 cartas a lo largo de treinta años) que revela todos los tormentos de una relación estrecha y devastadora.

Rodada en los suntuosos escenarios del castillo de Grignan y otros palacios de Francia, la película se distingue ante todo por su grandiosa puesta en escena, bañada por una luz cautivadora, y por su deslumbrante vestuario. Cada toma, de carácter más bien clásico, es un placer para la vista.

Aunque a los guionistas (Brocard e Yves Thomas) les cuesta a veces encontrar el tono adecuado entre la forma epistolar y las conversaciones de salón, Karin Viard y Ana Girardot, ambas impecables, consiguen apropiarse del texto e inyectar una dosis de naturalidad a los intercambios que , fuera del ámbito literario, escapan muchas veces a la razón.

Al abordar una heroína tan compleja y una obra autorreferencial, Isabelle Brocard elige juiciosamente un ángulo, pero pierde de vista la forma en que la subjetividad del escritor encaja en un horizonte más amplio. La historia, repetitiva y melodramática, habría beneficiado de ser situada en el contexto político, socioeconómico y sexual, que aquí sólo se sugiere, lo que también habría contribuido a resaltar la dimensión literaria del personaje.

Donde las opciones de guión dan sus frutos es más bien en la forma en que plantean cuestiones que aún hoy son candentes, en particular sobre las relaciones intergeneracionales y la emancipación de las mujeres. Isabelle Brocard recuerda así, centrándose en su génesis, toda la relevancia de una obra que es bueno redescubrir.

Señora de Sévigné

★★★

Drama histórico de Isabelle Brocard. Guión de Isabelle Brocard e Yves Thomas. Francia, 2024, 92 minutos.

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