“El salario del miedo”, un remake que no tiene nada bajo el capó

“El salario del miedo”, un remake que no tiene nada bajo el capó
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Esta nueva versión dista mucho de la película de Henri-Georges Clouzot, estrenada en 1953 (en particular, con Yves Montand en el cartel). | Captura de pantalla de Netflix Francia a través de YouTube

Una buena película debería atraparte desde el principio. Una apuesta acertada para Julien Leclercq que, desde los primeros momentos, salpica la pantalla del capó delantero de un SUV Toyota. Tendremos otras insignias: Mitsubishi, Ford Ranger, MAN para camiones. También hay un quad y una moto. Me dan ganas de ir a la exhibición de autos.

No hay tiempo para respirar. Estamos en un país africano no especificado donde ha habido un golpe de Estado. Clara (Ana Girardot) y Djibril (Bakary Diombera) cabalgan locos. Los nativos los persiguen y los ametrallan. Como hay “3.000 vacunas en el baúl”, no es cuestión de parar. Realmente locos estos antivacunas.

Fred (Franck Gastambide) acude en su ayuda. Los malvados nativos retroceden. Los amables nativos los persiguen a caballo. Realmente no entendía por qué montaban como un caballo. ¿Quizás una referencia a Lawrence de Arabia? ¿Colocación de productos, como lasaña Spanghero? ¿Quién sabe?

Sea lo que sea, el olor a pólvora o a estiércol es realmente erótico. Clara y Fred disparan brevemente. Entre ellos no hay sentimientos, “solo follamos, eso es todo”. Él jadea, ella jadea, huele a arena caliente, mi misionero. Desde Le Camion (1977) de Marguerite Duras, ninguna película sobre camioneros había ofrecido una introducción tan atronadora.

Libertad, virilidad, fraternidad.

Como buen director, Julien Leclercq se permite una ruptura romántica. Un paneo vertical al estilo Caspar David Friedrich, y aquí está Fred en la cima de una colina. La referencia pictórica no es insignificante: ¿qué mejor ilustración de la vanidad del hombre que se apropia de un paisaje en el momento en que éste, por su inmensidad, le recuerda su insignificancia? ¿Una metáfora del destino que le espera? ¡Shh! No nos anticipemos.

En esta nueva versión de El viajero contemplando un mar de nubes del pintor romántico alemán Caspar David…

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