Al menos 21 personas murieron en la violencia entre manifestantes y policías que avivó las tensiones en Mozambique, el día después de la confirmación de la disputada victoria electoral del partido Frelimo, en el poder desde 1975.
El gobierno de Mozambique anunció el martes por la tarde el número de muertos, 21 personas, entre ellas dos agentes de policía, en 24 horas en esta violencia postelectoral.
Después de una noche de violencia y más de dos meses de manifestaciones desde las elecciones presidenciales del 9 de octubre, la capital, Maputo, permaneció congelada en un clima de miedo en Nochebuena.
Las principales carreteras que conducen a Maputo fueron bloqueadas el martes por barricadas y neumáticos en llamas, que emitían acre penachos negros, y la que conduce al aeropuerto permaneció intransitable durante buena parte del día, constató la AFP.
Decenas de manifestantes se reunieron cerca de la entrada principal del aeropuerto internacional y prendieron fuego a contenedores cercanos. Sin embargo, no se canceló ningún vuelo.
La policía, en vehículos blindados, patrullaba el centro de la ciudad, donde cientos de manifestantes, divididos en pequeños grupos dispersos, regresaron por la tarde alrededor de los bloqueos de las calles principales, hechos con troncos y bloques de piedra.
Numerosos comercios (tiendas, bancos, supermercados, gasolineras, etc.) y edificios públicos habían sido saqueados la víspera, rompiéndose los cristales y saqueando o incendiando su contenido.
“El hospital central de Maputo está funcionando en condiciones críticas, más de 200 empleados no pueden ir” a trabajar, declaró a la AFP Mouzinho Saide, su director, añadiendo que recibió a cerca de 90 heridos, “entre ellos 40 con armas de fuego y cuatro con armas de fuego”. cuchillos.
La mayoría de los residentes locales permanecieron encerrados en sus casas y el transporte público paralizado. Sólo circulaban vehículos funerarios y ambulancias.
La Unión Europea expresó el martes su “extrema preocupación” por la violencia y pidió a “todas las partes que actúen con moderación”.
“Humillación del pueblo”
Vehículos, comisarías y casetas de peaje en las carreteras también fueron objeto de vandalismo en la zona norte del país, según medios locales, donde la oposición es fuerte.
En total, en las últimas 24 horas se registraron 236 “actos graves de violencia” en el país de habla portuguesa del sur de África, que dejaron además 25 heridos, entre ellos 13 agentes de policía, detalló el martes por la noche el ministro del Interior a la prensa.
“Grupos de hombres que utilizaron armas blancas y de fuego perpetraron ataques contra comisarías, centros de detención y otras infraestructuras”, afirmó, precisando que 86 detenidos se habían autoatacado en el tumulto.
La protesta postelectoral sin precedentes ha dejado ya más de un centenar de muertos y el principal opositor Venancio Mondlane, de 50 años, que reivindica la victoria, ha pedido que se endurezca el movimiento.
Los mozambiqueños exigen “la verdad electoral”, repitió. “¡Debemos continuar la lucha!”
A pesar de las irregularidades denunciadas por varios observadores durante las elecciones presidenciales, el Consejo Constitucional confirmó el lunes la elección de Daniel Chapo, candidato del Frelimo, a la presidencia con el 65,17% de los votos. Menos del 71% de los votos anunciados por la comisión electoral en octubre.
En la Asamblea Nacional, el partido conserva una amplia mayoría de 171 escaños de 250.
“Venancio”, como lo llama la calle, no se desarma, acusando el martes, en un nuevo mensaje en las redes sociales, al Consejo Constitucional de “legalizar el fraude” y “humillar al pueblo”.
“Queremos crear un Tribunal Constitucional Popular, que ungirá a Venancio Mondlane como presidente, yo seré juramento e investido” por él, añadió.
El partido de oposición Podemos, al que se apoyó “Venancio” durante las elecciones presidenciales, denunció ante la prensa “la falta de transparencia, integridad y profesionalidad” del máximo tribunal del país, subordinado según él al poder.
Daniel Chapo, exgobernador provincial que asumirá la jefatura de Estado a mediados de enero, prometió el lunes “seguir hablando con todos”, incluso con el primer opositor.
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