Si planea volar en esta temporada navideña, prepárese para una nueva tendencia observada por varias aerolíneas. Según un artículo del Daily Mail, aumentan las quejas sobre ocupantes ilegales de asientos. Un ocupante ilegal de asiento es una persona que ocupa y se niega a dejar libre un asiento inicialmente asignado a otro pasajero.
En las redes sociales existen numerosos testimonios de víctimas de ocupaciones ilegales de asientos, especialmente procedentes de Estados Unidos. Estas experiencias han incluido vuelos con Delta, United Airlines y American Airlines. En un vídeo, Shannon Ella relata el percance que vivió en un vuelo de Toronto a Charlottetown, cuando un hombre sólo accedió a abandonar su asiento en Shannon cuando intervino una azafata.
En un foro de Reddit, otro pasajero cuenta la historia de un okupa aún más atrevido. Dice que le ascendieron a la clase Comfort Plus en su vuelo de la mañana. Al parecer, su nombre estaba en la parte superior de la lista de mejoras.
“Después de que se cerró la puerta de embarque, una azafata vino a verme para decirme que un pasajero no se había presentado y que me había quedado un asiento disponible en primera clase (3A). ¡Bote!”, dice el usuario. Sin embargo, el asiento 3A ya estaba ocupado por una mujer. “Al principio pensé que era un error informático y que la persona que había reservado originalmente este asiento todavía había abordado”. Después de hablar con una azafata para resolver este acertijo, el okupa supuestamente simplemente respondió: “¡En realidad, se supone que debo estar en la fila 33! Regresaré enseguida.”
Otro pasajero que viajaba con American Airlines dijo que en su caso el okupa pudo quedarse en su asiento: “Reservé un asiento en clase Main Extra justo antes de la salida porque vi que había una fila entera libre y pensé que podía aprovechar de ello. Sin embargo, una vez finalizado el embarque, alguien vino y se sentó precisamente en el asiento que pensé que estaba libre”, dijo el pasajero al Daily Mail.
También en este caso intervino una azafata para informar al okupa de que su asiento estaba en realidad diez filas más adelante. Ante su impasibilidad, ella acabó diciéndole: “Por fin, quédate ahí”. Más tarde se observó al ocupante del asiento gritando a su teléfono durante la recogida de equipaje. “Al final, esto puede haber evitado que la situación degenerara”, concluye la víctima del okupa.
Gary Leff, un experto en viajes de Virginia, dijo al Daily Mail que el asiento siempre pertenece a la persona a la que fue asignado en la tarjeta de embarque. “Puede suceder que un pasajero no reciba el asiento que quería al reservar, o que la aerolínea cobre un extra por reservar un asiento, que el okupa no esté dispuesto a pagar. Este último intenta obtenerlo una vez a bordo”, explica a Fox News.
En lugar de simplemente “robar” el asiento de otro pasajero, el experto sugiere pedirles cortésmente que intercambien lugares.
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