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Hansi Flick es un técnico tranquilo, pero estricto. Dialogante y exigente. No tiene muchas obsesiones, pero sí una que conocen perfectamente sus futbolistas. La conocen porque ya han sufrido las consecuencias: es la puntualidad.
El entrenador del Barça es muy estricto con las normas. A diferencia de xavino le gustan las multas, pero no lleva bien la falta de puntualidad. Tampoco le gustan las excusas. Trabajo, trabajo y trabajo. Así es Flick, quien suele citar a sus futbolistas a las 8:00 horas. A quién madruga, Dios le ayuda. Una filosofía que también compartía PepGuardiola.
La exigencia de Flick
Flick quiere que sus futbolistas lleguen pronto en la Ciudad Deportiva Joan Gamper antes de entrenarse. Quiere que desayunen en las instalaciones del club y preparen con calma su jornada laboral. Y, sobre todo, exige puntualidad. Un retraso de solo cinco minutos ya molesta mucho al técnico alemán.
Los futbolistas del Barça tienen mejores sensaciones con Flick que con Xavi. Aplauden la preparación de los partidos. También, su apuesta por un fútbol más físico y vertical. Y, sobre todo, su discreción.
Kounde e Iñaki
La plantilla barcelonista, sin embargo, sabe que nada molesta más a Flick que los retrasos. Ni que sean de un minuto. Es inflexible. Quien mejor lo sabe es Jules Koundé, a quien ya ha castigado con la suplencia en un par de partidos por llegar tarde a sesiones de vídeo para analizar al rival.
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En Arabia Saudí el castigado fue Iñaki Peña. Flick siempre ha defendido al portero alicantino, pero un retraso suyo tuvo castigo: Szczesny fue titular contra el Athletic. Y, ahora, es favorito para jugar la final contra el Real Madrid.
Preparación física
Los futbolistas, mientras, bromean cuando llegan al límite de la hora a una cita. Ya sea a un entrenamiento, a una sesión de vídeo o al autocar. Tarde, por ejemplo, llegó el sábado Lamine Yamal y falta por ver si Flick también castigará al joven delantero del Barça.
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Laporta está encantado con Flick. Con su profesionalidad y exigencia a los futbolistas. También por su obsesión por la preparación física del primer equipo. Esto es indispensable para Hansi. Tras los 90 minutos de cualquier partido, los suplentes siempre hacen unos suicidiosejercicios que consisten en hacer una carrera corta y volver al punto de inicio y son realmente agotadores.
Flick adopta un método que también siguen muchos entrenadores. Incluso de equipos más humildes y de categorías más bajas. Tiene un personal que rema a su favor y que tiene libertad para aplicar sus sesiones. Exigente en grado superlativo, nada molesta más al técnico alemán que la falta de puntualidad.