Robert Fico es uno de los pocos líderes europeos que ha mantenido un estrecho contacto con el amo del Kremlin.
El presidente Vladimir Putin recibió el domingo en el Kremlin al primer ministro eslovaco, Robert Fico, uno de los únicos líderes europeos que se mantuvo cerca de él, anunció la presidencia rusa, en medio de la incertidumbre sobre el futuro del tránsito del gas ruso a Rusia. Esta visita de un líder occidental a Moscú, muy rara, no había sido anunciada oficialmente.
“Tiene lugar en el Kremlin una reunión entre Vladimir Putin y el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, en visita de trabajo a Moscú”escribió la presidencia rusa en su canal Telegram. El mensaje va acompañado de un vídeo en el que los dos hombres se sonríen y se dan la mano antes de sentarse uno al lado del otro.
Robert Fico, que ha vuelto a dirigir el gobierno de Eslovaquia, país miembro de la UE y de la OTAN, desde el otoño de 2023, ha decidido suspender toda ayuda militar a Ucrania y pide conversaciones de paz. También acusa a Kiev de poner en peligro el suministro de gas ruso de su país, del que es muy dependiente.
Ucrania anunció el verano pasado que no renovaría hasta finales de año el contrato que la vincula con Rusia para transportar gas ruso a Europa a través de su extensa red de gasoductos.
En las últimas semanas, Eslovaquia y Hungría se han quejado de que el grifo se cerrará por completo antes del 31 de diciembre, sin que exista una alternativa real y creíble.
“Daño económico”
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no quiso precisar los temas del orden del día de esta reunión, pero declaró que podríamos “asumir” que se abordaría la cuestión del tránsito del gas ruso.
Agregó que la visita había sido planeada “hace unos días”en una entrevista hecha pública por el periodista ruso Pavel Zaroubine, cercano a la presidencia.
El jueves, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, se pronunció contra un posible mecanismo de tránsito del gas ruso adquirido por Azerbaiyán, una de las opciones consideradas.
“Si alguien impide el tránsito de gas y provoca subidas de precios y daños económicos a la UE, ese es Zelensky”reaccionó Robert Fico el viernes, molesto.
Recordando que su país proporciona ayuda humanitaria a Ucrania, amenazó con posibles “medidas” castigar a kyiv por su decisión.
“Destrucción”
Más temprano el domingo, Vladimir Putin prometió aún más “destrucción” a Ucrania tras un ataque con drones la víspera, que las autoridades rusas atribuyen a Kiev, contra edificios en Kazán, ciudad del centro de Rusia situada a unos 1.000 kilómetros de la frontera con Ucrania.
“Cualquiera que intente destruir cualquier cosa en nuestro país, por pequeña que sea, se enfrentará a una destrucción mucho mayor en su propio país y se arrepentirá de lo que intentó hacerle a nuestro país”.declaró durante una ceremonia oficial.
Los drones apuntaron a edificios residenciales en Kazán, sin causar víctimas, según las autoridades locales.
Impresionantes imágenes, que circularon en las redes sociales rusas, mostraban algunos de estos dispositivos golpeando altos edificios de cristal en una bola de fuego.
Ucrania no se ha pronunciado sobre esta operación ni sobre las acusaciones rusas.
Este país lleva a cabo periódicamente ataques en Rusia, a menudo contra objetivos industriales, en particular petroleros, en respuesta a los ataques aéreos rusos y al asalto lanzado por el Kremlin contra su territorio hace casi tres años.
Es más raro que se acuse a Ucrania de atacar edificios de apartamentos tan lejos de sus fronteras.
Aceleración en el frente
En el frente, el ejército ruso avanza rápidamente, particularmente en la región oriental de Donetsk, el punto álgido de los combates.
Conquistó así dos nuevos pueblos, los de Lozova, en la región de Járkov (noreste), y Sontsivka, en la región de Donetsk, anunció el domingo el Ministerio de Defensa ruso.
Rusia ha acelerado su avance hacia el este de Ucrania en los últimos meses, buscando ganar la mayor cantidad de territorio posible antes de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma el poder en enero.
Prometió poner fin rápidamente a este conflicto, sin explicar realmente cómo pensaba proceder.
La vaguedad que rodea este plan es suficiente para hacer sudar frío a Ucrania, que, dadas sus actuales dificultades militares, teme verse obligada a firmar un acuerdo desfavorable.