Las relaciones franco-argelinas han oscilado desde la independencia entre períodos de apaciguamiento y tensiones diplomáticas. La herencia colonial, las cuestiones de la memoria y las diferencias políticas alimentan periódicamente las fricciones entre París y Argel. El tratamiento de las personas con doble nacionalidad constituye un punto especialmente sensible, como lo demuestra el caso Boualem Sansal lo que reaviva las tensiones entre las dos naciones.
Una movilización intelectual ante el encarcelamiento de un escritor
La detención del escritor franco-argelino Boualem Sansal el 16 de noviembre en Argelia para “ataque a la seguridad del poder » suscita gran preocupación en los círculos intelectuales franceses. De 80 años y actualmente hospitalizado en Argel tras el rechazo de su solicitud de liberación, el autor de “2084: el fin del mundo” goza de un apoyo cada vez mayor. En París se organizaron importantes acontecimientos, entre ellos una velada en el Théâtre libre iniciada por La Revue Politique et Parlementaire, seguida de una sesión excepcional del Aspen France Institute que reunirá a personalidades como Jean-Christophe Rufin, Boris Cyrulnik y Gaspard Koenig.
Pascal Bruckner denuncia una reacción “demasiado débil” de las autoridades
En una entrevista concedida a El Expressel filósofo Pascal Bruckner Critica duramente la reacción considerada insuficiente por parte del Gobierno francés ante esta situación. el recomienda un enfoque diplomático más firme, sugiriendo que se debería haber enviado un ultimátum a Argel tan pronto como el escritor fue arrestado. Para él, esta detención representa una maniobra deliberada de las autoridades argelinas para poner a prueba a Francia y sancionarla, en particular como reacción a las posiciones cambiantes deEmanuel Macron sobre la cuestión colonial.
Un llamado a superar las divisiones ideológicas
El filósofo critica la tendencia a analizar este asunto únicamente a través del prisma de los debates franco-franceses. Deplora que algunos intelectuales relativicen la gravedad de la situación basándose en sus desacuerdos ideológicos con Sansal, mientras que la vida de este último corre peligro. bruckner llama a superar estas divisiones para concentrar los esfuerzos en la liberación del escritor, creyendo que sólo una presión internacional constante podrá influir en las autoridades argelinas. Esta movilización debe, según él, superar las voces críticas que califica de « capitulardes » construir un frente unido contra lo que él describe como “una camarilla de depredadores” en el poder en Argel.