El Papa Francisco desató una controversia diplomática el sábado al criticar duramente las operaciones militares israelíes en Gaza. Durante su discurso anual de Navidad a los cardenales católicos, el pontífice dijo: “Ayer, los niños fueron bombardeados. Esto es crueldad. Esto no es guerra”. La reacción del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí no se hizo esperar: “La crueldad son los terroristas que se esconden detrás de niños mientras intentan matar a niños israelíes; la crueldad es mantener a 100 rehenes desde hace 442 días, entre ellos un bebé y niños”. “Las declaraciones del Papa son particularmente decepcionantes porque están desconectadas del contexto real y fáctico de la lucha de Israel contra el terrorismo yihadista”, dijo el ministerio en un comunicado, añadiendo que era necesario “poner fin a los dobles raseros, a dos medidas” con respecto a Israel.
El ministerio también enfatizó que Israel “está haciendo esfuerzos extraordinarios para evitar daños a personas inocentes, mientras que Hamas está haciendo esfuerzos extraordinarios para aumentar el daño a los civiles palestinos”.
La viceministra de Asuntos Exteriores, Sharren Haskel, endureció su tono acusando al Papa de “socavar 80 años de reconstrucción de las relaciones entre católicos romanos y judíos desde el Holocausto”. Añadió que “destruye la reconciliación que el Papa Juan Pablo II buscó tan apasionadamente con los judíos”.
Otro punto de tensión surgió en relación con la visita prevista del Patriarca católico de Jerusalén a Gaza. Mientras el Papa Francisco afirmó que a este último se le había negado la entrada el viernes, el ejército israelí aclaró que “la entrada del patriarca ha sido aprobada y que entrará en Gaza el domingo”. Las FDI también subrayaron que “trabajan en cooperación con la comunidad cristiana para facilitar la vida de la población cristiana que permanece en la Franja de Gaza, incluso coordinando su evacuación a un tercer país”.