El error de John podría hacerte sonreír. Sin embargo, la llevó ante el tribunal penal de Draguignan este viernes.
Procesado en comparecencia inmediata, el hombre de sesenta años fue condenado a ocho meses de libertad condicional, incluida la obligación de recibir asistencia psicológica, así como a pagar 3.600 euros a las partes civiles: dos gendarmes de la brigada territorial de Fayence, víctimas de violencia y amenazas de muerte el Martes 17 de diciembre en Saint-Paul-en-Forêt.
Un joven soldado, que ya estuvo en este mismo tribunal de partes civiles una semana antes en otro caso de rebelión, lleva una férula en la mano como recuerdo…
La víctima no era una
La policía acudió a la villa de John tras una llamada de su esposa. Presa del pánico, entre lágrimas, repetía que su marido la iba a matar.
El anuncio de la ceguera de la presunta víctima aceleró su salida. Una vez allí, la tripulación tomó contacto con la señora de las escaleras, visiblemente frágil a nivel psicológico y aparentemente no víctima de violencia.
En el mismo momento, John apareció por la esquina de la casa. Tan enfadado como sorprendido, el propietario afirma haber acusado a la policía de ladrones disfrazados que se disponían a aprovecharse de la discapacidad de su mujer.
Por lo tanto, no cumplió con la citación habitual. Peor aún, agarró una pala para la chimenea, “pero sin ser nunca agresivo” especifica su abogado Mmi Anatole Chalbos.
Esto no impidió que los gendarmes utilizaran su pistola de impulsos eléctricos. “En dos ocasiones, recuerda mmi Alexandra Granier como parte civil. El primer disparo no tuvo efecto en él porque estaba muy enojado”.
Disparo Taser a una persona con una enfermedad cardíaca
Un primer disparo se produjo según imágenes de las cámaras peatonales tras siete segundos de intercambio verbal. “En una persona con una enfermedad cardíaca, es más, lamenta su consejo. Podría haber muerto instantáneamente”.
Por el contrario, John resistió su arresto durante muchos minutos, negándose a ser esposado. Creyendo hasta el final que se trataba de ladrones.
“Me di cuenta demasiado tarde de lo que me estaba pasando, se arrepiente. SSi no estoy allí, mi esposa no puede arreglárselas. Quería protegerla”.