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Marruecos ante el cambio climático

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Marruecos, uno de los países más afectados por la degradación de los ecosistemas, está viendo cómo sus recursos hídricos y su vegetación alcanzan umbrales críticos. Un hallazgo que refleja los crecientes impactos del cambio climático, revelado por el reciente informe publicado por el Consorcio Mundial de Monitoreo del Agua (GWMC).

Según el informe del GWMC, el cambio climático está amplificando significativamente los desastres hídricos, exacerbando sus impactos sociales, económicos y ambientales. El aumento de las temperaturas, directamente atribuible a la quema de combustibles fósiles, intensifica el poder y la violencia de fenómenos meteorológicos como los monzones, ciclones y otros sistemas tormentosos, aumentando tanto su frecuencia como su intensidad.

En 2024, las temperaturas globales continuaron su meteórico aumento. La temperatura media del aire sobre la tierra ha alcanzado un máximo histórico, aumentando 1,2°C por encima del promedio observado entre 1995 y 2005. Más de la mitad de la población mundial, distribuida en 111 países, soportó el año más caluroso jamás registrado, mientras que 34 naciones establecieron nuevos récords. para temperaturas máximas, dijo la misma fuente.

Las precipitaciones extremas también reflejan esta preocupante tendencia hacia la desregulación climática. En 2024, los meses caracterizados por precipitaciones excepcionalmente bajas fueron un 38% más frecuentes que durante el período de referencia 1995-2005, mientras que los episodios de precipitaciones récord en 24 horas aumentaron un 52%. Estos excesos y déficits, ahora más marcados, contribuyen a importantes trastornos en los ecosistemas y las infraestructuras humanas.

También cabe señalar que el año 2024 estuvo marcado por desastres hídricos de una escala sin precedentes. Estos acontecimientos provocaron más de 8.700 muertes, desplazaron a 40 millones de personas y provocaron pérdidas económicas superiores a los 550.000 millones de dólares. Entre esos desastres, las inundaciones repentinas, los deslizamientos de tierra y los ciclones tropicales se destacaron como los más devastadores, tanto en términos de vidas humanas perdidas como de costos económicos directos.

Marruecos, como varios otros países, experimentó fenómenos climáticos extremos en 2024 que afectaron a sus indicadores medioambientales. Según el informe, se encuentra entre los doce países que han registrado un número récord de días sin heladas, junto con China, Mongolia, Irán, Suiza y Ucrania.

En términos de vegetación, Marruecos destaca entre los ocho países que han registrado valores anuales excepcionalmente bajos del Índice de Diferencia Normalizada de Vegetación (NDVI). Este indicador clave, que refleja la salud de los ecosistemas vegetales, pone de relieve un alarmante deterioro de las condiciones de la vegetación. Una situación similar se ha observado en países como Zimbabwe y Zambia en África Oriental, Belice en Centroamérica e Islandia en el Norte de Europa.

Al mismo tiempo, la extensión de las aguas superficiales en Marruecos ha alcanzado niveles históricamente bajos, lo que ilustra una tendencia preocupante compartida con otros quince países de todo el mundo. En África, naciones como la República Democrática del Congo, Mozambique y Burundi también enfrentan esta crisis del agua. Más allá del continente, Brasil, Irlanda y Turkmenistán se encuentran entre los países más afectados, lo que pone de relieve la creciente presión sobre los recursos hídricos a nivel mundial.

Además, Marruecos se encuentra entre los once países que han alcanzado valores anuales récord de existencias totales de agua (TWS), un parámetro esencial que mide la disponibilidad global de recursos hídricos. Esta alarmante observación se repite en regiones tan distantes como Afganistán y Nepal en el sur de Asia, o incluso Zimbabwe en el este de África, lo que revela una vulnerabilidad generalizada al estrés hídrico global.

Según el informe, las perspectivas para 2025 apuntan a una intensificación de los riesgos climáticos. Los pronósticos estacionales y el estado actual de las cuencas sugieren un empeoramiento de las sequías, particularmente en el norte de América del Sur, el sur de África y partes de Asia.

Al mismo tiempo, las zonas tradicionalmente más húmedas, como el Sahel y Europa, podrían enfrentar un aumento significativo del riesgo de inundaciones. La inexorable progresión del cambio climático está aumentando la probabilidad de que se produzcan fenómenos extremos a escala mundial, incluidas inundaciones repentinas, olas de calor e incendios forestales.

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