Ante las crecientes restricciones presupuestarias, prevé una reducción del 15% de su subvención para 2025, de 620.490 euros a 527.420 euros. Una decisión que podría pesar mucho sobre el futuro del ya debilitado aeropuerto.
Un punto de inflexión político y financiero
Hasta ahora, un ferviente defensor del aeropuerto, el presidente del departamento, Georges Ziegler, justifica esta elección por una situación presupuestaria tensa. Entre las causas esgrimidas: una caída de los ingresos, en particular de los impuestos sobre transferencias inmobiliarias (84 millones de euros en 2024 frente a 122 millones en 2022), y un aumento del gasto social, como el RSA, que pasó de 70 millones de euros en 2011 a 114 millones en 2024.
Esta inflexión marca una ruptura con posiciones pasadas, ya perceptible durante los debates presupuestarios para 2024. Si bien Georges Ziegler reconoce el trabajo realizado por el equipo existente, se muestra evasivo sobre el futuro de la infraestructura.
Un efecto dominó sobre otros financistas
La retirada parcial del Departamento, que actualmente aporta el 43% de los subsidios, podría desencadenar un efecto dominó. Según la clave de distribución establecida por el sindicato de gestión aeroportuaria mixta (Smasel), cualquier caída en la participación de un contribuyente impone una reducción equivalente para los demás: Saint-Étienne Métropole (30,5%), el CCI Lyon Métropole Saint-Étienne Roanne (15 %), Loire-Forez Agglomération (7%) y Forez-Est (4,5%). Si algunos socios, como Forez-Est o CCI, confirman por el momento su apoyo financiero al nivel actual, persisten las dudas.
Una apuesta por una “nueva dinámica”
Para François Driol, alcalde de Andrézieux-Bouthéon y presidente de Smasel, esta caída llega en el momento equivocado. En una carta dirigida a Georges Ziegler, pide que se mantengan los recursos asignados, citando signos tangibles de una nueva dinámica gracias a la movilización del personal y de los inversores privados. El funcionario electo propone organizar un comité sindical ampliado para presentar las perspectivas de desarrollo.
Pero el desafío es significativo. El presupuesto del aeropuerto para 2024, fijado en 3,5 millones de euros (incluidos 1,4 millones en subvenciones), deberá revisarse a la baja si se aplica la reducción de la participación.
Un futuro amenazado por la DGAC
A esto se suma otra amenaza: el posible cierre de la torre de control hacia 2035, como parte de la reestructuración emprendida por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC). Esta decisión obligaría al aeropuerto a contratar y formar a sus propios agentes, un coste adicional estimado en 350.000 euros.
Para absorber estos costos, el aeropuerto podría aumentar el impuesto cobrado a las aerolíneas. Pero esta opción conlleva riesgos, en particular el de hacer que la infraestructura sea menos atractiva para los operadores.
El enigma de los equipos controvertidos
Criticado por sus antiguos opositores, como Pierrick Courbon, diputado y concejal departamental socialista, el aeropuerto sigue dividido. Para otros, el aeropuerto sigue siendo un activo estratégico, especialmente por el atractivo del territorio. Pero ante déficits recurrentes y perspectivas inciertas, la reestructuración parece inevitable. Entre la esperanza de recuperación y las amenazas financieras, el futuro del aeropuerto Andrézieux-Bouthéon está escrito en líneas de puntos.
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