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“Le Mesturet” en París, un placer… decepción en el fondo del plato…

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Es la historia de dos minutos de zapping televisivo. El propietario del restaurante “Le Mesturet” explica que luchó durante varios años para que se reconociera la utilidad social de los aproximadamente 30.000 bistrós que aún quedan en Francia. En los años 60 todavía había 200.000. Explica que elabora una cocina de bistró de gran calidad, entre cabeza de ternera y puré de conejo. Soy lo suficientemente ingenuo como para creer en este argumento de venta. La línea 14 está cerca (Pirámides). La zona es muy agradable con la Biblioteca Nacional, el Banco de Francia, la Galería Vivienne; todo ello bordeado por la rue Croix des Petits Champs.

PARÍS : Vamos, me dije, reconfortado bebiendo una copa de vino blanco en la barra, con el buen olor que llegaba de las cocinas. Un signo que normalmente no engaña. Excepto aquí…

Cuando abres la puerta, alrededor de las 12:30, ya hay gente en la habitación. Jennifer es la encargada de la sala. En cuanto a Nina, ¡es su primer servicio! La decoración es muy personalizada: fondo de botellas, libros antiguos. No hace falta decir que el lugar tiene un alma hermosa..

Pues bien, la escritura de la carta de vinos se asemeja a la de los contratos de seguro o a los préstamos bancarios, con sus pequeñas líneas tan características como ilegibles.
El menú de comida parece tentador. Pero no resistirá la prueba de los hechos que constituye probar los platos. Sólo mi entrada es buena. Es sesos de ternera rebozados, salsa virgen. Los sabores son precisos, el empanizado limpio y el condimento completan gratamente este buen plato. La otra entrada, la del amigo-invitado (ancas de rana), debe haberse quedado en el pasado, y llegó menos que tibia, lástima…


Un auténtico inconveniente con el pan industrial crudo y sin levadura

En este lugar bastante cosmopolita, observo que las patatas fritas de pollo de nuestros tres vecinos rumanos carecen del jugo indicado en el menú. Unas palabras sobre el pan industrial (¿pata?) que se sirve aquí, tierno y sin cocer, porque no lleva levadura. ¿No habría en el barrio un panadero digno de ese nombre, en lugar de causarnos semejantes molestias? ¿Especialmente cuando pretendemos defender la tradición bistró? ¿Así recibimos a nuestros huéspedes, que a veces vienen de muy lejos?

Al cabo de una hora, una vez retirados los entrantes, por fin conseguimos que nos sirvieran el resto, sin pedir disculpas, claro, sigamos adelante….Mi blanqueta de ternera (20,50 euros) es muy corriente: los trozos de paleta. están mal pelados, cubiertos de una salsa con champiñones enlatados (medio cucharón de salsa extra no me habría molestado). Sólo el arroz criollo es correcto. Esperaba divertirme, pero no fue así. Lo mismo ocurre con la cabeza de ternero del amigo: sin ningún interés gustativo.

La “caja de terruño”: ¡lo único que importa!

Pero lo peor es venir (cito) con la auténtica crema de praliné “París-Brest”, absténganse los pequeños apetitos, que se ofrece a 9,90 euros. Llega una masa grande con un toque de sabor industrial con una crema de relleno, más parecida al etouffe cristiano (¡y los demás también!). En este mal postre no vemos ni rastro de praliné, porque sí, un buen praliné (pensamos en los que elaboran empresas como Valrhona o Michel CLUZEL), es caro, claro, ¡pero está buenísimo!

El “París-Brest” es un gran pastel que tiene una historia, desde su creación a finales del siglo XIX, por un pastelero parisino, en homenaje a la primera carrera ciclista del mismo nombre. De ninguna manera merece ese trato. Hubiéramos preferido mucho la versión menos copiosa pero correctamente elaborada, con productos simplemente buenos.
Era hora de detener la masacre, después de este mal almuerzo en esta “gargota” donde se burlaban descaradamente de los clientes. Aquí parece prevalecer una cosa: ¡la “caisse terroir”! Clientes pobres aquí, pero también en otros lugares. Una dirección para olvidar muy rápidamente, es una pena. ¡Hasta pronto, en una mesa mejor!

Más información:

El -: la “cocina”, pero también el servicio rezagado….

El +: la decoración.

Contacto

Le Mésturet

77, calle de Richelieu

75002 PARÍS

Teléfono: 01.42.97.40.68.

Abierto los 7 días de la semana.

Gauthier PAJONA

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