La estafa del garaje fantasma está muy bien establecida para atraer a personas que buscan un coche de altas prestaciones a bajo precio, sin despertar sospechas. Consiste en la creación de un taller destinado a la venta de vehículos, que generalmente ofrece coches en buen estado, a precios muy razonables, a menudo inferiores a los del mercado.
El objetivo de este negocio es recaudar depósitos de las víctimas, que ascienden a varios miles de euros. Una vez que el garaje ha acumulado suficiente dinero, desaparece sin dejar rastro de su existencia. La víctima se encuentra entonces sin vehículo y sin depósito, sin prueba alguna de la transacción realizada. En detalle, estos delincuentes atraen a compradores potenciales a través de atractivos anuncios publicados en Internet. Los invitan a ir al garaje para descubrir el vehículo.
Una vez allí, los compradores se dan cuenta de que el vehículo coincide perfectamente con la descripción del anuncio, lo que disipa las sospechas. Por tanto, acceden, sin miedo, a pagar una fianza. El estafador les explica que podrán recuperar su vehículo unos días después, cuando abonen el resto del importe. Sin embargo, cuando llega el gran día, la víctima encuentra el garaje vacío y se da cuenta del engaño.
“Todo parecía correcto”: más de veinte víctimas de la estafa en Paso de Calais
Entre las víctimas de la estafa del garaje fantasma se encuentra Maxence Alloy, un joven que habló de su experiencia con TF1. “Todo parecía estar bien. El auto estaba en buenas condiciones. Los papeles estaban disponibles. Pensé que tendría mi coche el lunes. Y al final, sin coche, no más dinero”, afirmó. Explica que había encontrado un SUV a la venta por internet, con un precio de 7.200 euros.
Luego decide ir al taller, situado en Noyelles-sous-Lens, en Paso de Calais, para examinar el vehículo más de cerca. El joven, que explica que necesitaba este vehículo para su trabajo, pagó una fianza de 5.700 euros antes de la desaparición del taller fantasma. Y hay que decir que no se trata de un caso aislado, ya que el garaje de Noyelles provocó en total una veintena de víctimas.
Entre ellos, el fontanero Florent Lemaire, que explica que se acercó al taller para comprar un utilitario para su trabajo. Dice que se endeudó para pagar la fianza que le solicitaron, que era de 1.100 euros. “Necesitaba este camión y había recaudado el dinero para trabajar en él. Pedí prestados 7.000 euros y financié 4.000 euros con mi flujo de caja”, lamentó en TF1.
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