Ha pasado un año desde que los agricultores expresaron su descontento, pero las promesas del gobierno siguen siendo en vano y a pesar de manifestaciones intenso el invierno pasado, el FDSEA de Creuse y Y 23 ¡Siguen exigiendo las respuestas que no han obtenido a sus demandas!
A petición de la FDSEA de Creuse y de JA 23, cerca de 450 agricultores se movilizaron durante dos días para hacer oír una vez más su voz y manifestarse pacíficamente contra la firma del acuerdo de libre comercio con los países de Mercosur. Esta movilización se produce mientras el G20 Actualmente se lleva a cabo en Brasil.
Agricultores en la oscuridad
El domingo 17 de noviembre, al caer la noche, cerca de 300 agricultores se reunieron en sus cantones para el Acto 1 de esta nueva movilización. Cubrieron los carteles con lonas negras que decían “NO AL MERCOSUR” o los nombres de grandes ciudades de países sudamericanos. Luego acordaron reunirse al día siguiente a las 19.00 horas frente a la prefectura de Guéret.
Fuegos de ira
Los agricultores, tan decididos como siempre, encendieron cinco hogueras frente a las puertas de la prefectura, representando temas clave del movimiento.
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Un simbolismo más que se suma a las fuertes imágenes del año anterior, donde las señales habían sido volteadas para señalar lo absurdo de un sistema que está cayendo de cabeza. Este año, los paneles se cubrieron para ilustrar la oscuridad total en la que se encuentran los agricultores ante el futuro de su profesión. “Estamos en un limbo total y es una lucha cada vez más difícil”, afirma Christian Arvis, presidente de la FDSEA 23.
“No al Mercosur”
Las demandas de los agricultores siguen siendo las mismas, con el añadido del riesgo de firmar el acuerdo con el Mercosur. Esto permitiría la entrada en el mercado europeo de productos agrícolas de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, lo que se considera una amenaza para la agricultura francesa. “Este acuerdo, si se firma como está, es un desastre para la agricultura de nuestro país. Representa una competencia desleal, con productos que no respetan las mismas normas que las impuestas a los agricultores franceses”, subraya Christian Arvis.
Una de las principales demandas de los agricultores se refiere a las “cláusulas espejo”: exigen que los países exportadores respeten los mismos estándares de producción que los impuestos a los productores franceses. “No podemos aceptar que nos pidan producir según criterios estrictos y dejar entrar productos que no los respetan”, lamenta Florian Derboule, presidente de JA 23.
Emergencia futura
Los agricultores, unidos por sus sindicatos FDSEA y JA, también insisten en la necesidad de preservar la rentabilidad de su actividad. “Es un trabajo que hacemos por pasión, pero al final del mes apenas nos alcanza para vivir. La situación es dramática y es hora de que el Gobierno pase de las palabras a los hechos”, continúa Florian Derboule.
Pascal Lerousseau, presidente de la Cámara de Agricultura, también participó en la manifestación, expresando su preocupación por la firma de este acuerdo. “Si se aprueba el acuerdo con Mercosur, no habrá más agricultores en Francia. No podemos aceptar que productos de dudosa calidad invadan nuestro mercado”, advierte.
Una movilización pacífica
La movilización pretende ser pacífica, pero la presión va en aumento. “No pedimos dinero, sólo sentido común”, insiste Christian Arvis. “Si el Gobierno no nos escucha llegaremos más lejos. Tenemos capacidad de bloquear el país y lo haremos si es necesario”, advierte, destacando la determinación de los agricultores.
El prefecto, presente en el lugar, reaccionó recordando que se habían tomado algunas medidas para responder a las preocupaciones del mundo agrícola. Sin embargo, con la disolución de la Asamblea Nacional y el cese del examen de la ley de orientación agrícola, los agricultores siguen en la incertidumbre. “Vengan a vernos cuando se enfrenten a situaciones difíciles”, añadió el prefecto, sugiriendo que el camino hacia una solución sigue plagado de obstáculos. Así, un año después de la primera movilización, los agricultores siguen más alerta que nunca, decididos a defender su futuro y el de la agricultura francesa frente a un gobierno que todavía consideran demasiado lento para reaccionar.
“Gracias a todos los funcionarios electos, a los consumidores y a todos los agricultores presentes. Juntos defendemos nuestros territorios, nuestras granjas y nuestra soberanía alimentaria”, concluyó Christian Arvis.
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