La cumbre del G20 se inauguró este lunes 18 de noviembre en Río de Janeiro, Brasil. Varias figuras políticas, incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, están presionando para que se firme allí el acuerdo de libre comercio entre la UE y los países del Mercosur. Por el contrario, Francia está tratando de convencer a otros países de que bloqueen el proceso de ratificación.
Para evitar que se firme el acuerdo entre la Unión Europea y los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia), bastaría con una minoría de bloqueo de sólo cuatro Estados miembros. Y ello, independientemente del tamaño de los países o del porcentaje de población europea que representen dentro de la UE.
Hasta el año pasado, Francia podía contar con el apoyo de Austria, Irlanda y los Países Bajos. Incluso Alemania, al abstenerse, dio un poco más de peso al bando contrario. Pero en casi un año, las consideraciones han evolucionado. Berlín está ahora fuertemente golpeada por su primera ola de desindustrialización, Bruselas está en manos de Beijing, que está librando una gran guerra comercial en todo el continente europeo, y mucha gente está preocupada por hasta qué punto la competitividad de la UE está luchando contra los chinos. y gigantes americanos.
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Resultado: en septiembre pasado, once Estados miembros enviaron una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para instarla a concluir el acuerdo de libre comercio lo antes posible. Una forma apenas velada de decir que la Unión Europea podría recuperar su salud conquistando un mercado que cubriría el 10% de la población mundial y el 20% del PIB del planeta, haciendo perder terreno a China. Entre ellos se encuentran Alemania, pero también España y Portugal o incluso parte de los países bálticos y del norte.
Complejidad procesal
Sin embargo, como bien dice el jefe del ejecutivo europeo: “ once no son quince “. Sin rehuir la complejidad procesal, la Unión Europea distingue las reglas para la adopción de un texto de aquellas para su rechazo. Explicación: la ratificación de un tratado requiere el acuerdo de 15 países que representen al menos el 65% de la población. Pero para bloquearlo basta la negativa de 4 países.
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Por lo tanto, Francia todavía tiene una carta que jugar, ya que el desafío consiste únicamente en encontrar otros tres aliados. El problema: tras sus diversos reveses políticos en la escena nacional, su posición en Bruselas está muy debilitada. Es difícil para otros Estados miembros seguir a una Francia condenada al ostracismo, especialmente en una cuestión tan delicada como la del Mercosur. Además, aunque Polonia y Austria hayan expresado su oposición, si Italia declaró el 18 de noviembre que el texto era “inaceptable tal como está”, y si los Países Bajos parecen vacilar, la presión de sus vecinos pro-Mercosur es muy fuerte. Por lo tanto, París podría pelear por el texto para encontrar un consenso en el Consejo de la UE y así salvar las apariencias. ¿Pero quién mordería el anzuelo?
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