El partido logró un compromiso inestable, pero se salvaron las sensibilidades. Gabriel Nadeau-Dubois decretó que se había pasado página del “asunto Bouazzi”. El despertar es brutal, lo será aún más el martes en la Asamblea Nacional.
No se puede pasar página, porque lo único que Québec solidaire ha demostrado es lo ingobernable que es el partido. GND debe estar deseando tomarse la baja por paternidad. Si yo fuera él, no volvería.
Ganador, Haroun Bouazzi no habrá tenido que hacer nada mi culpa.
Su mala fe ideológica hacia los ministros Lionel Carmant y Christian Dubé sigue impune. Su teoría sobre la conspiración del “Gran Reemplazo” en el Partido Quebequense cayó como una carta en el correo… Aún mejor, el torrente de odio del que fue objeto ahora lo convierte en una víctima.
Haroun Bouazzi fue coronado héroe de la cruzada contra el capitalismo colonial-racista dominante en Quebec por parte de miembros de QS.
Al garantizar que no sería rechazado y que no tendría que disculparse, los grupos de solidaridad lo hicieron intocable. Lo afirmó alto y claro el domingo por la noche.
¿Pragmatismo?
En toda esta agitación, olvidamos que este congreso debería ser el del giro pragmático de QS. Tras la estrepitosa dimisión de Émilise Lessard-Therrien, Gabriel Nadeau-Dubois fijó sus condiciones.
QS tuvo que modernizarse, darse los medios para convertirse en “un partido de gobierno”.
En la vida real, nos atreveríamos a creer que esto significa no alienar a la mayoría de la población con comentarios incendiarios.
Pero Haroun Bouazzi no lo ve así. Los miembros de QS prefieren mantener sus ilusiones.
El único pragmatismo mostrado por QS fue el de comprar la paz. ¿A qué precio? El de su credibilidad.
¿Durante cuánto tiempo estará dispuesto Gabriel Nadeau-Dubois a vender el suyo?
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