Lunes 18 de noviembre de 2024 a las 18:41 horas.
Ginebra – El Reino de Marruecos es uno de los primeros países que propone un enfoque que vincula la lucha contra la corrupción y el respeto de los derechos humanos, afirmó, el lunes en Ginebra, el vicepresidente de la Autoridad Nacional para la probidad en la prevención y la lucha contra la corrupción. (INPPLC), Rachid Medouar.
En su intervención en un seminario de expertos del Consejo de Derechos Humanos (CDH) sobre los derechos económicos, sociales y culturales y la lucha contra la corrupción en el contexto de la recuperación post-pandemia de Covid-19, Medouar subrayó que Marruecos, consciente de los desafíos que plantea este nexo, ha adoptado una serie de acciones y medidas para prevenir y combatir la corrupción con una dimensión de derechos humanos.
En primer lugar citó la implementación del primer programa de la Estrategia Nacional Anticorrupción. En cuanto a la “mejora de los servicios a los ciudadanos”, este programa tiene como objetivo simplificar los procedimientos administrativos, garantizar el derecho de los ciudadanos a presentar sus quejas y quejas sobre determinadas prácticas corruptas que afectan el disfrute de determinados derechos, como el derecho a la salud, el derecho a educación y el derecho a vivir en un ambiente saludable.
El vicepresidente del INPPLC también analizó la aprobación de la Ley N° 37.10 relativa a la protección de víctimas, testigos, peritos y denunciantes de delitos de corrupción, peculado, abuso de influencia y otros, así como la Ley N° 31.13 relativa a la derecho de los ciudadanos a acceder a la información de los diferentes servicios e instituciones públicas. Además, el INPPLC siempre ha enfatizado la estrecha relación entre la prevención y la lucha contra la corrupción y la defensa de los derechos humanos, ya sea a través del tratamiento directo de esta relación en sus informes anuales o. en una perspectiva más global a través del informe que publicó sobre el tema “Compromiso ciudadano”, uno de los ámbitos vitales que son competencia de la Autoridad, afirmó.
Según él, la cuestión del compromiso ciudadano se basa en dos pilares fundamentales, el primero vinculado a la importancia de establecer un panorama político e institucional que ofrezca las condiciones necesarias para el desarrollo de buenas políticas públicas que tengan un impacto positivo en los ciudadanos, incluyendo los relacionados con la lucha contra la corrupción.
En cuanto al segundo pilar, consiste en la presencia de ciudadanos conscientes de los peligros de la corrupción para las personas y la sociedad, conscientes de sus derechos y deberes y capaces de asumir sus responsabilidades rechazando y resistiendo los actos de corrupción, continuó.
Este seminario, cuya inauguración estuvo presidida por el embajador, representante permanente de Marruecos ante la ONU en Ginebra, en su calidad de presidente del CDH, tiene como objetivo profundizar en la comprensión del vínculo entre la corrupción y la realización de los derechos económicos, sociales y cultural.
Celebrado de conformidad con la resolución 53/17 del CDH, este evento brindó la oportunidad de compartir mejores prácticas, revisar logros y desafíos pasados y explorar soluciones innovadoras para garantizar que los esfuerzos para combatir la corrupción estén vinculados de manera más efectiva con la protección de los derechos humanos, particularmente en el contexto de una recuperación pospandemia.
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