“En 1 hora tiraron todo y lo echaron afuera”
El hombre de cincuenta años vive solo. Desde hace 24 años vive en un apartamento social en la vivienda de Molenbeek. Pero después de varias discusiones en su casa, Mohammed fue expulsado. “El 21 de octubre vino la policía a sacarlo de su casa, en 1 hora tiraron todo y lo echaron afuera”.dice su hermana.
Una situación que, según ella, les tomó por sorpresa. La mujer es categórica: “No fuimos informados de la citación del juez de paz. No nos llegó la carta enviada por la administración municipal a principios de septiembre”.
Encontramos serios problemas de comportamiento con él.
Jules Monnier, responsable de comunicación de Molenbeek, contactado por nosotros, nos ha dado algunos detalles sobre este desalojo: “Este hombre fue expulsado por incumplimiento del reglamento interno (ROI). Hemos encontrado con él graves problemas de conducta, incluidas amenazas hacia sus vecinos, desde hace varios años”.
El hombre añade, sin embargo, que se trata de un caso muy raro, ya que no ha habido expulsiones por este motivo desde 2019.
Por su parte, Noura no cuenta la misma versión. “El apartamento tiene seis pisos y mi hermano nunca ha tenido incidentes con sus vecinos. Si hubiera habido problemas o amenazas, yo mismo lo habría hecho mudar”. ella asegura.
Añade además que el alquiler siempre se ha pagado a tiempo. “Todo está en orden, no tiene deudas”especifica el sexagenario.
¿Cuáles son las condiciones para una expulsión?
De hecho, la falta de pago del alquiler puede provocar el desalojo. Pero esta no es la única situación que puede suponer la exclusión de tu hogar.
Jules Monnier, portavoz de la vivienda Molenbeek, explica que también son válidos una ocupación sin título ni derecho (tipo okupación), una desocupación efectiva del alojamiento o, en el caso de Mohammed, un incumplimiento del ROI (reglamento interno). razones.
Mi hermano pesa solo 37 kg.
“Mi hermano sólo pesa 37 kg, está al final de su vida. Sacarlo de su casa es condenarlo a muerte en la calle”. denuncia Noura. Isabelle De Viron, la abogada encargada del caso, afirma sin embargo que “la sentencia del juez primero es ejecutoriada sin devolución”.
En otras palabras, la decisión está tomada. La única solución para contrarrestarlo es apelar, pero “obtener una fecha de apelación es casi imposible antes de una expulsión, y no hay otra posibilidad de revisar una expulsión sin ver al juez del tribunal de apelación”explica.
¿Qué soluciones?
El abogado precisa, sin embargo, que existe una obligación internacional, y que ésta pasa por garantizar que una persona tenga una vivienda digna. Ella agrega: “Se ha puesto en marcha una orden reglamentaria en la región de Bruselas para que el CPAS ayude a realojar a las personas para evitar que acaben en la calle”.
Hacemos todo lo posible para ayudar, pero no estamos obligados a realojarlos.
Sin embargo, Olivier Vanderhaegen, director de acción social del CPAS de Molenbeek, aclara los detalles de esta orden: “En Bruselas, este plan permite a la CPAS actuar con la mayor antelación posible a una expulsión. Cuando se pronuncia una sentencia, se nos informa y nos ponemos en contacto con las personas afectadas para ver qué podemos hacer para ayudar. no estamos obligados a realojarlos”.
El director analiza las dificultades que suele encontrar el CPAS en este tipo de casos: “Podemos movilizarnos tan pronto como se dicte sentencia, pero las personas con las que contactamos no siempre responden a tiempo. Vienen a nosotros cuando la situación es catastrófica, cuando pronto serán deportados o cuando ya ha sucedido. “No tenemos control sobre eso”.
Admite que en ocasiones tiene que gestionar más de 5 desalojos al día en la localidad. “Tenemos alojamiento temporal, alojamiento de tránsito o centros de acogida, pero encontrar alojamiento puede llevar semanas cada caso es concreto, y no somos magos”se lamenta. Antes de agregar: “Algunas personas también prefieren encontrar soluciones por sí mismas y rechazar nuestras propuestas”.
“Hoy preferiría morir antes que seguir vivo”
Mientras espera ser escuchado ante el tribunal de apelación, Mohammed duerme afuera. “Le pedí que viniera a mi casa, pero se niega, dice que ya me molestó bastante”se entristece Noura. “Hoy en día, preferiría morir antes que seguir con vida. Cuando no tengo noticias suyas, me digo a mí mismo que seguramente estará muerto en algún lugar de la calle”.
Por su parte, el portavoz de vivienda de Molenbeek confirma que nada impide que una persona previamente desalojada pueda volver a presentar una solicitud de vivienda.
Sin embargo, precisa que“entre el registro y la obtención de una vivienda social, el tiempo suele medirse en años”.
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