Las relaciones entre Marruecos y China siguen fortaleciéndose, no sólo económicamente, sino también diplomáticamente. En este sentido, la apertura de un consulado chino en El Aaiún, capital de las provincias del sur, podría constituir un paso decisivo en esta cooperación, confirmando así el reconocimiento por parte de Pekín de la soberanía marroquí sobre el Sáhara.
Según medios españoles, un funcionario chino reveló al margen de la visita del presidente Xi Jinping a las Islas Canarias que Beijing estaba considerando seriamente abrir un consulado en El Aaiún. Esta decisión seguiría acciones ya tomadas por otras grandes potencias mundiales, en particular Estados Unidos y Francia, que han reconocido la soberanía de Marruecos sobre el Sahara. Al optar por este gesto simbólico, China no hace más que confirmar su deseo de apoyar firmemente a Marruecos en esta cuestión crucial para su integridad territorial.
Esta iniciativa también se produciría en un contexto en el que China busca aumentar su influencia en África, particularmente a través de proyectos económicos estratégicos, como la iniciativa de la Franja y la Ruta. Al ofrecer este apoyo diplomático a Marruecos, Pekín puede aprovechar la importancia de Marruecos en la escena africana.
China y la nueva dinámica geopolítica
El interés de China en la cuestión del Sáhara marroquí no se limita a simples consideraciones diplomáticas. Es parte de una lógica geopolítica donde China, en plena expansión en África, busca afirmarse como un actor clave en el continente. Al apoyar a Marruecos, China confirma su compromiso con su asociación con el Reino, un actor clave en África. Este apoyo, a través de la apertura de un consulado en El Aaiún, también podría traducirse en nuevas oportunidades de cooperación económica, particularmente en los sectores de infraestructura y comercio.
Además, esta decisión estratégica reforzaría el aislamiento de Argelia y sus títeres del Polisario, al tiempo que consolidaría la posición de Marruecos en la escena internacional. De confirmarse, contribuiría a reforzar la posición de Marruecos en la escena internacional.
Al alinear sus posiciones con las de las grandes potencias mundiales que reconocen el carácter marroquí del Sahara, China contribuiría a aumentar la presión sobre los países que siguen siendo reacios a este reconocimiento. Así, la apertura de un consulado chino en El Aaiún no sólo sería una victoria diplomática para Marruecos, sino también una fuerte señal enviada a toda la comunidad internacional sobre la legitimidad de la soberanía marroquí sobre sus provincias del sur.
El interés de China en la cuestión del Sáhara marroquí no se limita a un simple reconocimiento diplomático de la soberanía del Reino. Es parte de una dinámica geopolítica más amplia, donde Beijing, en plena expansión en el continente africano, busca consolidarse como un actor clave y hacer saber que no pretende mantenerse al margen de proyectos estratégicos que marcarán el futuro. de la región, particularmente en términos de desarrollo de infraestructura y corredores comerciales.
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