“¡Nuestras demandas son simples, claras y están en manos del gobierno! Ingresos para los agricultores al reducir las tarifas y reducir la competencia desleal”. Ante las recientes medidas gubernamentales y a pocos días del regreso de la ira agrícola a las calles, el sindicato expresa su descontento y denuncia reformas consideradas insuficientes para resolver los desafíos estructurales del sector agrícola. Si bien los anuncios aumentan, la Coordinación Rural 47 (CR47) considera que medidas puntuales no serán suficientes para rectificar una situación que requiere una verdadera reforma. Consideran, en particular, que la Ley de Orientación Agrícola y la Ley Egalim son “cáscaras vacías con palabras bonitas pero sin medidas concretas”, y añaden que la cuarta versión de la Ley Egalim sigue siendo ineficaz.
Falta de medidas estructurales para responder a la crisis
CR47 critica en particular la “autosatisfacción” del gobierno con medidas consideradas “insuficientes” y “sin impacto real”. Según la organización, las reformas anunciadas no mejoran la situación de los agricultores. “Las numerosas dotaciones desplegadas son ayudas puntuales, con demasiada frecuencia anecdóticas, y no resuelven los problemas estructurales con el tiempo”, subrayan. Para salir de esta crisis, los agricultores exigen reformas profundas y medidas estructurales para restaurar los ingresos de los agricultores. Se destacan dos áreas principales: la reducción de las tarifas y la revisión de la normativa francesa para luchar contra la competencia desleal de los productos importados de otros países europeos.
Reducir costes: una prioridad absoluta
CR47 insiste en la necesidad de una reforma profunda de las cotizaciones sociales y los costes salariales. “Las cotizaciones deben basarse en los ingresos reales de los agricultores, es decir, en el salario que ellos mismos se pagan, hay que revisar la base de cotizaciones del MSA”, afirman, precisando que las cotizaciones actuales se basan en ingresos ficticios, lejos de los realidad sobre el terreno. Piden también medidas destinadas a reducir los costes laborales, uno de los principales factores que hacen que la producción agrícola francesa no sea competitiva en el mercado europeo. “El alto coste de la mano de obra en Francia tiene un fuerte impacto en los costes de producción agrícola, lo que los hace no competitivos en el mercado europeo”, subrayan. Entre sus propuestas, se consideran fundamentales aumentar la cantidad de Trabajadores Agrícolas Ocasionales (TODE) a dos salarios mínimos, así como extender el sistema a las Cooperativas de Uso de Equipos Agrícolas (CUMA).
El impacto de la energía y los impuestos
En respuesta al aumento de los costes de la energía, en particular de la electricidad y el gas, el CR47 pide medidas de apoyo inmediatas. “Es necesario desplegar un escudo de precios para proteger a los agricultores de la inflación de estas energías esenciales para la producción”, piden, subrayando que el aumento de los precios de la energía impacta directamente en su rentabilidad, mientras que los precios de venta de sus productos no siguen este mismo patrón. dinámica. La organización también insiste en la necesidad de revisar la fiscalidad agrícola. “La exención fiscal sobre las plusvalías procedentes de la venta de inmuebles también debe rectificarse para que se conceda la exención social”, añaden, pidiendo una revisión de las leyes financieras actuales para reducir la presión fiscal sobre las explotaciones agrícolas. Además, se considera imprescindible la eliminación del impuesto adicional a los productos fitosanitarios. “Los productos fitosanitarios ya están sujetos al IVA, el impuesto adicional es intolerable”, protestan los agricultores, que subrayan que este impuesto se suma a unos costes ya elevados y pesa aún más sobre una profesión que ya está en dificultades.
Competitividad en peligro: la necesidad de reformar las normas francesas
Uno de los puntos más controvertidos del comunicado de prensa de CR47 se refiere a las normas francesas para los productos fitosanitarios, consideradas demasiado estrictas en comparación con las normas europeas. “Lo único que queremos es una regulación de moléculas fitofarmacéuticas idénticas a las de otros países europeos”, afirman, citando productos como los neonicotinoides, el coragen o el acetamiprid, prohibidos en Francia pero autorizados en el resto de Europa. A falta de alternativas eficaces, consideran que “se trata de explotaciones agrícolas e incluso de sectores enteros que están condenados a desaparecer en Francia”. Además, CR47 denuncia la “sobretransposición” de las normas europeas, que imponen restricciones adicionales a los agricultores franceses sin que se apliquen en otros países europeos. “En Europa, el umbral de concentración de nitratos en el agua es mucho más elevado que en Francia”, recuerdan, pidiendo una armonización de los umbrales y el reconocimiento de otras fuentes de contaminación no agrícolas.
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