El “divorcio durmiente” no es un fenómeno reciente. Ya en la época victoriana se aconsejaba a las parejas que no durmieran juntas: los médicos creían que quien dormía mal absorbía la energía de quien dormía bien. ¿De qué es síntoma el “divorcio durmiente”? ¿Tener una habitación o una cama separada es el primer paso hacia el divorcio, o por el contrario “separarse” mientras se duerme puede revivir una relación?
Cada uno tiene su propio edredón.
Todo depende de si estamos pensando en la salud de la pareja o simplemente en la necesidad fisiológica de dormir mejor. Si uno ronca demasiado fuerte, ocupa demasiado espacio o saca todo el edredón, recomienda la psicóloga y terapeuta Camille Rochet “ser súper inteligente, encontrar trucos y ser creativo”. Inspirándose, por ejemplo, en el método escandinavo, en el que cada uno tiene su propio edredón.
En determinados casos, si las parejas están demasiado cansadas, puede recomendar tener habitaciones separadas para favorecer el sueño. Pero eso no tiene el mismo significado que una pareja que decide no dormir más juntos porque la presencia del otro se vuelve asfixiante.
La cama, “lugar de la verdad”
Por lo tanto, en la medida de lo posible, Camille Rochet aboga firmemente por el dormitorio común. “Para una pareja que tiene hijos, es realmente el lugar donde podemos reunirnos, charlar, encontrar un momento de descanso en nuestros ritmos locos. Y para los niños, ver a sus padres dormir separados, no está nada claro”. Según ella, la cama es “el lugar de la verdad”. En particular, para resolver un posible conflicto, discutiendo de manera pacífica, en lugar de ignorarlo o huir de él refugiándose en sus propias habitaciones.
Según ella, no sólo es importante dormir juntos, sino también acostarse a la misma hora. “Porque, cuando somos demasiado excéntricos todo el tiempo, vivimos con compañeros de cuarto. Y luego, casualmente, ella agrega, a partir de las 22 horas, la libido disminuye…”
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