Este miércoles 30 de octubre, apenas dos días antes de la tregua sobre los desahucios de alquileres, alguaciles acompañados de la policía procedieron a recuperar la vivienda ordenada el pasado mes de abril por los juzgados. Al mismo tiempo, los cerrajeros cambiaron las llaves y las cerraduras. Juliette, que no quiere dar su nombre ni aparecer por temor a represalias violentas por parte de sus ex inquilinos, los nigerianos ya condenados por proxenetismo, de lo que se enteró más tarde, puede empezar a respirar y hablar de su pesadilla de cuatro años.
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