Crearon la Torre Eiffel en Fismes. Esta pequeña localidad del noroeste del Marne, a pocos kilómetros de la frontera con Axon, cuenta desde hace varios días con su propia réplica de la famosa Dama de Hierro. Esta inusual idea surgió de Mickael, director de la empresa Mickael Metal Création, con sede en Fismes. “Tuve esta idea hace unos dos años, cuando me estaba asentando. Quería hacer un monumento que todo el mundo conociera”explica Mickael.
Seis metros de altura, 700 kilos
Hace unos años, Mickael visitó a Jean-François, director de la empresa Cjf Ferronnerie, en Augy, en Aisne. Juntos comenzaron por desarrollar una Torre Eiffel en “miniatura” de un metro y veinte centímetros. Titular del diploma de diseñador industrial, Jean-François es responsable de dibujar los planos del monumento: “Lo más importante para mí era respetar las proporciones. Fui a recuperar las dimensiones oficiales de la Torre Eiffel para adaptarlas a la altura deseada”explica. Trabaja en un software de dibujo, lo que le lleva más de 40 horas.
Y una vez terminada la pequeña Torre Eiffel, basta con coger los planos de Jean-François y multiplicarlo todo por cinco para alcanzar la altura deseada de seis metros. Y sumamos 10 horas más de trabajo de adaptación y dibujo. Una vez que se completa el dibujo, se puede comenzar la fabricación de las piezas. Aquí es donde entra en escena Mickael, ayudado por Mathis, su aprendiz, compañero de servicio en Muizon, y por Jean-François.
La réplica está fabricada íntegramente en acero y está dividida en tres partes: la base, la base del primer piso y la cima de la torre, para un peso total aproximado de 700 kilos. Una vez construidas las piezas, puede comenzar el montaje final. En total, desde los primeros dibujos hasta la última soldadura, dedicaron entre 150 y 160 horas de trabajo por un coste total de 20.000 euros sin impuestos.
Decenas de comentarios en las redes sociales
En la página de Facebook de su empresa, Mickael informó a su comunidad sobre los avances de la Torre Eiffel, paso a paso. «¡Incluso una familia vino a vernos desde Reims expresamente durante la construcción! »confiesa. Recibió varios comentarios de internautas elogiando el trabajo que había realizado el equipo.
Algunos incluso han pedido tener su propia réplica en casa. Entonces, ¿sólo un bromista o un cliente potencial serio? “Ya hemos recibido algunas solicitudes. Dependiendo de la escala que quieran los clientes nos podemos adaptar y no tenemos límites de altura”explica el directivo.
Por el momento, la Torre Eiffel de Mickael se encuentra guardada en su taller. Pero el directivo tiene previsto exponer su obra delante de su empresa. Una empresa local vino a verter una losa de hormigón para colocar el monumento. Un elemento decorativo, pero también y sobre todo un bonito truco publicitario: “Muestra a los clientes el trabajo que somos capaces de hacer”desliza Mickael.