Por primera vez en 75 años, el presupuesto anual para 2025 de la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) fue adoptado por votación, a petición de Marruecos, durante los trabajos de la 75ª sesión del Comité Ejecutivo de la organización que terminó el viernes en Ginebra.
Al tiempo que reitera su compromiso de apoyar el noble mandato humanitario confiado a esta agencia de las Naciones Unidas, la Misión Permanente de Marruecos ha querido, con este enfoque, llamar la atención del Comité Ejecutivo sobre la renuncia por parte del ACNUR a los principios fundamentales de su mandato general para proteger a las poblaciones secuestradas en los campos de Tinduf, en Argelia.
En efecto, y ante los numerosos abusos observados respecto del ACNUR, Marruecos le ha pedido en varias ocasiones que muestre discernimiento y tome las medidas correctoras necesarias ante los diversos agravios expresados por el Reino.
Entre estos agravios, Marruecos señala la negativa del ACNUR a abogar por el registro de la población secuestrada en los campos de Tinduf, en Argelia, renuncia que pone al ACNUR en contradicción con su mandato general.
El Reino critica también el mantenimiento de la confusión por parte de la agencia de la ONU sobre el número real de poblaciones secuestradas en los campos de Tinduf, publicando cada vez cifras artificiales contradictorias, que no son resultado de un registro conforme a las normas internacionales; así como la consolidación de los hechos de apropiación indebida de la ayuda humanitaria destinada a estas poblaciones, atestiguada en particular en tres informes internacionales.
Además, Marruecos denuncia la total indiferencia de la organización ante la suerte de estas poblaciones secuestradas por milicias armadas y privadas de sus derechos más básicos, como la libertad de circulación; así como su abstención de denunciar la ausencia de libre acceso a los campos, y la devolución, de facto, por parte de Argelia de su soberanía y de sus responsabilidades jurídicas y humanitarias hacia las poblaciones secuestradas en los campos a una milicia armada.
El Reino rechaza también que ACNUR no haya denunciado, hasta la fecha, el reclutamiento de niños en las milicias armadas del “Polisario”, una práctica de larga data que constituye una grave violación de la obligación de respetar el carácter humanitario y civil de los campos. ; así como el desconocimiento de los desplazamientos arbitrarios, la separación forzada de familias, la inseguridad e inestabilidad en estos campamentos, que contribuyen a mantener a estas poblaciones en una situación de extrema y constante vulnerabilidad.
Teniendo en cuenta todos estos agravios, Marruecos considera que hoy es más que urgente que la comunidad internacional adopte todas las medidas necesarias para poner fin a estas violaciones y garantizar la protección de las poblaciones secuestradas en los campamentos de Tinduf, en Argelia.
En su convocatoria de votación, la Misión Permanente de Marruecos pidió a ACNUR que asuma plena responsabilidad por esta situación, que le corresponde corregir tomando todas las medidas necesarias.
Recordó que el compromiso de Marruecos con la política de asilo y de protección de los refugiados es reconocido mundialmente por su carácter ejemplar, subrayando que cuando se trata de principios fundamentales, la delegación marroquí utiliza medios legítimos para hacer oír su voz y para que estas solicitudes legalmente justificadas y que reflejan la realidad son irremediablemente tenidos en cuenta.
Aunque en el origen de la convocatoria de votación, la delegación marroquí finalmente votó por abstención, para no bloquear la noble misión humanitaria asignada al ACNUR.
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