En un ambiente de fuego y bajo la mirada de millones de espectadores, la selección marroquí salió con honores de la primera edición del Mundial de Naciones del Rey, marcando así la historia de la competición organizada en Italia por la Liga del Rey de Gerard Piqué. El viernes por la noche, los Leones del Atlas quedaron eliminados en semifinales tras una ajustada derrota (2-1) ante un formidable equipo colombiano.
Sin embargo, el encuentro empezó bien para los marroquíes. En el tercer minuto, Nadir Louah encontró la red, comenzando el partido con una nota prometedora. Pero Colombia reaccionó rápidamente, empatando en el minuto 7. En un duelo marcado por la intensidad y las decisiones audaces, ambos equipos redujeron sus plantillas a tres jugadores cada uno, dejando espacio para un choque táctico. Angello Caro luego dio la ventaja a los colombianos en el minuto 17, poniendo el 2-1 antes del descanso.
A pesar del renovado impulso ofensivo en la segunda mitad, los marroquíes no lograron cambiar el rumbo. Un penalti polémico, ejecutado por Mbarek Boussoufa, fue anulado por el árbitro por falta de conteo, privando al equipo de un momento clave. Los incansables esfuerzos de jugadores como Issam Erraki y Mohamed Achraf Saoud no fueron suficientes para cambiar el rumbo del partido, y el marcador se mantuvo sin cambios hasta el pitido final.
La trayectoria de los Atlas Lions en este torneo estuvo marcada por éxitos rotundos, en particular contra equipos prestigiosos como Estados Unidos, Japón y Ucrania. Bajo la dirección de Majid El Khal, los 12 jugadores marroquíes emocionaron a los aficionados y atrajeron la atención del público internacional. Su espíritu de lucha y su resistencia serán recordados, a pesar de la decepción de no jugar la final.
Esta edición fue un éxito rotundo, alcanzando el récord de más de 3 millones de espectadores durante el partido Marruecos-Colombia. Si la aventura marroquí termina en semifinales, habrá marcado un punto de inflexión para el fútbol nacional en una competición sin precedentes, donde determinación, estrategia y pasión se combinaron para escribir una página memorable en la historia del deporte.
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