Revelaciones inesperadas sobre la nueva vida de Lat Diop en prisión

Revelaciones inesperadas sobre la nueva vida de Lat Diop en prisión
Revelaciones inesperadas sobre la nueva vida de Lat Diop en prisión
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Encarcelado desde el 27 de septiembre por cargos de malversación y blanqueo de dinero, el ex director general de Lonase comparte ahora la habitación 42 de la prisión preventiva de Rebeuss con otros 12 reclusos. Lejos de los focos y del lujo de antaño, destaca, según los testimonios de sus compañeros de prisión, por su resiliencia y su sentido de compartir. L’Observateur le adentra en la vida cotidiana de Lat Diop tras las rejas.

La escena, tal como se cuenta, está llena de sencillez y profundidad. Tiene lugar en el corazón de un lugar donde las almas se doblegan bajo el peso del sufrimiento. Moustapha Dramé, alias Yalay Kassés, recién salido de prisión y fiel a su voluble verbo, evoca en un directo TikTok sus significativos encuentros con el ex director de Lonase y figura política emblemática de los suburbios de Dakar, precisamente Guédiawaye. Entre sus intercambios, una frase, simple pero poderosa, resonó en su mente como un gong: “Aunque viva aquí 50 años, no me voy a quejar. » Estas palabras, que resuenan como el eco de una dignidad inquebrantable, desafían el decorado opresivo de la prisión, un universo donde el dolor impone su ley. Derriban las barreras entre el ex ministro y los numerosos senegaleses que, lejos de los muros de Rebeuss, escudriñan su vida carcelaria en busca de la más mínima información. Sobre todo, abren una ventana de luz sobre la vida cotidiana de Lat Diop, donde, según Moustapha Dramé, su grandeza de alma parece haber encontrado un refugio inesperado.

“Si pudiera regresar con Rebeuss y tener la garantía de encontrarlo todavía allí…”

Según el relato de “Yalay Kassé”, entrevistado por Cheikh Ahmed Cissé, el morabito de “Nandité”, antes conocido como Rebeuss, el ex ministro se niega categóricamente a aprovechar su influencia para suavizar sus condiciones de detención. Pero lo que más llamó la atención de Moustapha Dramé, que elogia a Lat Diop, es su generosidad cautivadora, casi instintiva. Cada día llegan a Rebeuss comidas cuidadosamente preparadas por sus seres queridos, que nos recuerdan en fragmentos una vida de comodidad que ahora está lejana. “Él no se guarda nada para sí mismo. Lat Diop lo da todo y se asegura de que cada uno tenga su parte”, informa “Yalay Kassé”. Un gesto que actúa como puente, borrando los estatus y las fronteras entre el ex ministro y las personas anónimas de su celda.

En prisión desde el 27 de septiembre de 2024 por cargos de extorsión, malversación y blanqueo de dinero, Lat Diop comparte ahora su vida cotidiana con 12 compañeros de prisión, la gran mayoría anónimos. El ex ministro de Deportes y director general de Lonase, que alguna vez fue un invitado distinguido en acogedoras recepciones y suntuosas cenas, ahora vive en una celda estrecha, la habitación 42 de la prisión de Rebeuss. Comparte este espacio reducido con otros 12 reclusos, en una habitación incómoda donde las noches se prolongan en un calor opresivo. Sin embargo, en medio de esta dura cotidianidad, el exdirector general de Lonase impuso una línea de actuación inigualable.

Recién liberado de prisión, el comisario Cheikhouna Keita comparte, con voz llena de emoción, su experiencia de convivencia con Lat Diop en Rebeuss. A pesar de las austeras condiciones de vida, la celda que compartían parecía extrañamente llevadera gracias a la presencia del ex ministro. “De hecho, pasé parte de mi vida carcelaria con Lat Diop en la habitación 42. Fue un período difícil pero, sinceramente, no podía esperar un mejor compañero de celda. Si pudiera regresar con Rebeuss y tener la garantía de encontrarlo todavía allí, habría pedido que me enviaran de regreso con Rebeuss”, testifica, con la voz quebrada por una gran nostalgia.

“Puedo dar fe de que hay presos que hoy rezan para que permanezca en prisión durante mucho tiempo”, añade Keita. Estas palabras, llenas de agradecimiento, reflejan la magnitud del impacto que el exministro tuvo en sus compañeros de desgracia. En este ambiente implacable donde la dureza dicta la ley, Lat Diop rápidamente se distinguió. Lejos de encerrarse en su propio sufrimiento, habría hecho, según Keita, de aliviar el sufrimiento de los demás su misión tácita. Nada más llegar supo transformar el ambiente. Sus gestos, su espiritualidad omnipresente y su altruismo desarmante lo convierten en una figura única, incluso detrás de los muros de Rebeuss.

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