Donald Trump volvió a la carga con esta idea de integrar a Canadá en los 50 estados americanos en una conferencia de prensa el martes, pero ¿podría ser realmente viable este proyecto?
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Según un profesor especializado en historia de Estados Unidos de la Universidad de Quebec en Trois-Rivières (UQTR), la integración de un Estado número 51 “no es tan complicada”, pero aun así…
“Esta no es una historia en la que vamos a absorber a una población tan desarrollada como nosotros sin el consentimiento de la población. Creo que esa es la base de la historia de la expansión de Estados Unidos, que no sucedió así”, explica Marise Bachand en una entrevista en el programa. El balance.
Durante su creación, el país del Tío Sam unió muchos territorios a su unión, algunos por compra, como Alaska y Luisiana, pero otros por guerra.
“Desde el principio quisimos anexar Canadá y por eso los ejércitos revolucionarios estadounidenses fueron a Montreal. Ardíamos, queríamos que los canadienses se embarcaran en el proyecto de la revolución americana”, explica el especialista.
Sin embargo, esta idea de anexar Canadá, que persistió incluso después de la Guerra de Independencia estadounidense, fue abandonada en la década de 1870.
Sin embargo, Estados Unidos continuó añadiendo estrellas a su bandera hasta 1959.
“La Constitución de 1787 establece cómo se integra un Estado en la Constitución”, precisa el especialista. Primero, no hay subestados, no hay colonias, hay estados iguales a los demás para que la población sea suficiente, pero esto se hace, en primer lugar, mediante una decisión: un referéndum de la población que quiere ser anexada. – […] y luego, que se dé una constitución […] que presenta al Congreso que […] votar por mayoría”.
“No es tan complicado, pero Alaska y Hawaii no fue tan fácil integrarlos en 1959, lo que nos dice que la política todavía está en el fondo de Estados Unidos”, señala.
Vea la entrevista completa con Marise Bachand en el vídeo de arriba